The Beatles, Led Zeppelin, The Rolling Stones, Pink Floyd… todos los grandes grupos de rock, en su momento de apogeo, asumieron el reto de crear un álbum doble, una amplia obra en la que plasmar su desbordante creatividad. Y aunque las expectativas generadas en torno a estos álbumes –The Beatles (1968), Physical Graffiti (1975), Exile on Main Street (1972), The Wall (1979)– siempre fueron muy grandes, ninguno fue tan ansiosamente esperado como Tales from Topographic Oceans, del grupo Yes, aparecido hace exactamente 50 años (el 7 de diciembre de 1973), el único que en la propia Inglaterra (cuna del rock progresivo) llegó a ser Disco de Oro antes de su lanzamiento oficial.
Yes era reconocido como el más importante grupo de rock, especialmente por el virtuosismo de sus integrantes: el guitarrista Steve Howe, el bajista Chris Squire y el teclista Rick Wakeman. A ello se sumaba la complejidad de sus canciones, compuestas principalmente por el cantante Jon Anderson, que incluían diversos movimientos y texturas sonoras, a la manera de las obras de música clásica, pero sin perder el espíritu del rock. Esta fórmula había funcionado perfectamente (a pesar de las letras, a veces demasiado ambiguas y cargadas de misticismo) en The Yes Album (1971), Fragile (1971) y especialmente Close to the edge (1972), considerado la obra cumbre del rock progresivo. Fue entonces que el grupo anunció que su próximo trabajo sería un álbum doble, inspirado en las escrituras del Shastra y la Autobiografía de un yogui de Paramahansa Yogananda.
El álbum está conformado por solo cuatro “temas”, cada una ocupando todo un lado del vinilo. Cada una pretendía ser una meditación, un viaje a través de paisajes sonoros que evocan la grandeza y la profundidad de los “océanos topográficos”. Por eso el álbum es más complejo y rico en texturas que los anteriores del grupo. Pero eso también le hace perder muchas de sus virtudes rockeras. En general, la música es demasiado lenta, las melodías resultan opacas (Anderson dijo haberse inspirado en mantras tradicionales), y la rigidez de la estructura constriñe el virtuosismo de Squire y Wakeman, que era uno de los elementos centrales de los mejores temas de Yes.
Precisamente uno de los aspectos más recordados de Tales from Topographic Oceans es la tensión creativa dentro de la banda. Mientras Anderson y Howe estaban inmersos en la creación del álbum, el tecladista Wakeman expresó abiertamente su descontento. Para él las pretensiones del proyecto eran excesivas, y las composiciones de Anderson eran difíciles de interpretar con convicción. "No puedes tocar lo que no entiendes, y yo no entendía nada de ese disco", confesaría posteriormente. La tensión culminó con la salida de Wakeman. El gran ciclo de la obra de Yes (1970-1973) se había cerrado, y aunque el grupo trató posteriormente de retornar a esa etapa –con el disco Relayer (1974), que tiene una estructura similar a Close to the edge– sin Wakeman los resultados no fueron los mismos. Y entonces el grupo decidió disolverse temporalmente.
En líneas generales, Tales from Topographic Oceans fue mal recibido por la crítica en su momento, que lo calificó como uno de los peores excesos del rock progresivo. Las opiniones de los fans también estuvieron divididas, con algunos considerándolo una de las mejores obras de Yes, mientras que otros lo encontraron pretencioso y aburrido. A pesar de las críticas, Tales from Topographic Oceans se mantuvo número uno en la lista UK Albums Chart por dos semanas y alcanzó el número seis en la lista Billboard. Con el tiempo, el álbum ha sido reevaluado y ahora se le reconoce por algunos pasajes excepcionales, y por su contribución a la difusión y la ampliación del género del rock progresivo.
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