Dark: tercera temporada

Adán y Eva en el Apocalipsis

Sorprende la popularidad alcanzada por la serie alemana Dark (creada por Baran bo Odar y Jantje Friese, y emitida en todo el mundo a través de Netflix), un relato sumamente complejo, con numerosos personajes y con acciones que abarcan más de siglo y medio (1880-2050). Y que además tiene una trama centrada en los viajes en el tiempo, por lo que muchas veces “conviven” diversas versiones de un mismo personaje, llegadas del futuro o del pasado. Si bien son destacables la originalidad y el interés de esa trama, el éxito de la serie se debe más que nada a la calidad y seriedad de la producción (no hay un resquicio para el humor o la parodia), la intensidad dramática de muchas de las situaciones presentadas (que desencadenan desde rupturas sentimentales hasta crímenes y suicidios) y el excelente trabajo de los actores, en su mayor parte desconocidos para el gran público.

La tercera y última temporada de la serie (estrenada el fin de semana pasado) tenía el difícil reto de concluir y “redondear” una historia que se estaba desarrollando como una espiral de muy rápido crecimiento. Como se sabe, todo comenzó en el pequeño pueblo de Winden (Alemania), en el 2019, con la desaparición de algunos niños. Pronto se descubrió que había en ese pueblo, muy cerca de una planta de energía nuclear, una cueva que es un portal que lleva a otros tiempos (con saltos de 33 años). La primera temporada estaba centrada en los dramas familiares generados por esas desapariciones y reapariciones. En la segunda temporada se sumaban a ello las intervenciones de la sociedad secreta Sic Mundus –encabezada por el deforme y misterioso Adán– cuyos miembros viajan a diferentes épocas para asegurar que se produzca un apocalipsis en el 2020. En la tercera temporada, ante la inminencia del fin del mundo, a Sic Mundus se le enfrenta otro grupo de viajeros en el tiempo, encabezados por Eva. Ella además nos conduce a otro mundo paralelo, con personajes e historias similares, aunque con pequeñas variantes.

Adán y Eva se convierten así en los verdaderos protagonistas de Dark. Ellos no son otra cosa que las versiones “ancianas” de Jonás Kahnwald y Martha Nielsen, una pareja de enamorados adolescentes en la Winden de 2019 (interpretados por Louis Hoffman y Lisa Vicari). Ya habíamos visto todos los esfuerzos y viajes en el tiempo realizados por el Jonás adulto para enfrentarse a su alter ego anciano. Acá se hace evidente que otro de sus motivos es recuperar a su amada Martha, a quien Adán mató al final de la segunda temporada. El giro de esta temporada (alerta de spoiler: si no ha visto la serie pase al siguiente párrafo) es que en realidad esos dos mundos paralelos son una “aberración” producida en nuestro mundo por el primer viaje en el tiempo, realizado por H.G. Tannhaus para recuperar a sus familiares, muertos en un accidente automovilístico en los años setenta. A esa época viajan Jonás y Martha, y logran evitar el accidente. Es un final que anula todo lo narrado, mientras la pareja (cuya existencia se debía precisamente a lo que acaban de evitar) se desintegra fundida en un abrazo, hasta convertirse en “polvo enamorado” (Quevedo dixit). La última escena nos muestra una amena conversación entre los únicos personajes cuyas vidas no fueron afectadas por las aberraciones temporales. Todo ha vuelto a la normalidad.

A pesar del convincente y apropiado final, y de los entusiastas elogios que ha recibido, Dark no es una serie perfecta ni mucho menos. Hay demasiadas complicaciones en su narrativa: los dos mundos paralelos, la falta de continuidad entre los sucesos que se muestran (excesivos saltos entre tiempos, personajes y subtramas), las diferentes versiones de los personajes interactuando entre sí (hay hasta cuatro “Jonases” dando vueltas en el Winden del 2020), las muertes y resurrecciones inexplicadas, etc. Pero sí es una buena serie, una interesante combinación de la ciencia ficción más avanzada (con su carga de ideas científicas y filosóficas) con un efectivo entramado de situaciones dramáticas (pérdidas, traiciones, crímenes, suicidios, etc.). Lo racional unido a lo emotivo, lo épico unido a lo trágico, en una serie de televisión interesante y de muy alta calidad.


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