Medio siglo con Borges


En la época en que Mario Vargas Llosa y toda la generación del boom iniciaban su producción, la figura más destacada de la literatura latinoamericana era el argentino Jorge Luis Borges (1899-1986). Admirado especialmente por intelectuales y escritores, Borges era además una figura paradigmática para esa generación: el hombre sabio que lo había leído todo y en cuyos textos se aludía, con conocimiento y familiaridad, a las más diversas vertientes de la cultura occidental. Un maestro, sin lugar a dudas, al que se acercaron numerosas veces aquellos jóvenes novelistas, siempre con humildad y devoción. Fruto de esos encuentros (reales o textuales) es Medio siglo con Borges (Alfaguara, 2020), libro en el que Mario Vargas Llosa reúne tres entrevistas que le hizo al escritor argentino y una serie de ensayos breves dedicados a sus obras, todos publicados entre 1964 y 2014 (de ahí el título del libro).

Desde el prólogo MVLl señala que, como creadores, Borges y él son completamente opuestos: “Pocos escritores están más alejados que Borges de lo que mis demonios personales me han empujado a ser como escritor: un novelista intoxicado de realidad y fascinado por la historia”. Borges, por el contrario, fue un autor de cuentos fantásticos que consideraba “un desvarío empobrecedor el de escribir novelas, el de querer explayar en quinientas páginas algo que se puede decir en unas sola frase” (como se recuerda en estas páginas). Y también en lo personal: frente al más que evidente interés de MVLl en el debate político más actual (que incluso lo llevó a postular a la presidencia del Perú), Borges “tenía un desinterés desdeñoso por la política… era alérgico a todo entusiasmo partidista… un enemigo declarado de toda doctrina y formación política”. Las oposiciones literarias o personales entre ambos escritores son numerosas, y dan para largos comentarios.

Por supuesto, tratándose de grandes escritores, lo que los une es la literatura, una pasión que en ambos se ha manifestado a través del ensayo y la reflexión sobre la tradición literaria. Es en esta área en la que encontramos lo mejor de Medio siglo con Borges; especialmente en las interpretaciones que MVLL hace en el ensayo “Las ficciones de Borges” (una conferencia escrita en 1987, incorporada en 1990 a Contra viento y marea), el texto más extenso de este libro. Hay aquí algunos certeros análisis sobre la obra borgiana (aunque acaso no muy originales) que abarcan desde la estructura de sus relatos hasta el soterrado lugar que en ellos tienen las pasiones humanas: “…el sexo, la psicología, los sentimientos y el instinto han sido disueltos y reducidos a una dimensión exclusivamente intelectual”.

La pasión literaria también se manifiesta en el respeto y afecto con que MVLL nos presenta a Borges –“lo más importante que le ocurrió a literatura en lengua española moderna y uno de los artistas contemporáneos más memorables”– en esas tres entrevistas: modesto hasta la timidez, sumamente austero y muy aficionado a intercalar frases brillantes en las conversaciones. “El lujo me parece una vulgaridad”, responde cuando MVLl le dice que “su dormitorio parece la celda de un trapense”. Queda para la reflexión por qué el novelista peruano suele enfocar esa pasión literaria en escritores estilistas y minimalistas, como Borges o Azorín, tan radicalmente opuestos a la estética vargasllosiana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tardes, Javier. He descubierto su blog esta tarde mientras buscaba información sobre otro "gran descubrimiento" -para el inculto que hay en mí- de esta misma semana: casualidades de la vida: su paisano Jorge Wiese (Borges decía que tal vez el azar no fuera más que una causalidad cuyas normas desconocemos).

Le escribo para decirle que me gusta mucho lo que vd escribe, y que valoro enormente la paciencia y continuidad de todos los post que ha subido a su página. Creo que tengo lectura para unos cuantos días. Muchas gracias y le animo a continuar en esa línea.

También le quería pedir que corrigiera el periodo de vida de Borges que aparece en el texto de este mes de agosto. Falleció en junio del 86 y no en el 96, como ha quedado registrado. Sin duda yo también lo lamento mucho: 10 años más le habrían dado al maestro para escribir muchas cosas más de las que ahora estaríamos disfrutando la humanidad.

Le envío un atento saludo.

Anatolia.

Anónimo dijo...

Buenas tardes desde España. Deseo felicitarle por su blog. Lo descubrí ayer y me parece muy interesante. También le escribo para advertirle que el fallecimiento de Borges sucedió en junio del 86, y no en 1996, tal como ahora aparece ahora en este texto. Ojalá hubierámos tenido 120 meses de Borges. La de maravillas adicionales que habría redactado en ese tiempo!
Un saludo.
Anatolia.

Javier Ágreda dijo...

Gracias por comentar. Ya está corregido el error. Saludos!