Ahí va el señor G
Juan Manuel Chávez. Ahí va el señor G (Norma, 2009)
Juan Manuel Chávez (Lima, 1976) es uno de los más prometedores escritores peruanos de su generación. Como narrador ha publicado la novela histórica La derrota de Pallardelle (2004) y el libro de cuentos Sonríen los desamparados (2006), ambos elogiados por la crítica; y como ensayista Lima: un camaleonte tra due especchi (2006), libro editado en Italia y con prólogo de Mario Vargas Llosa. A esos títulos acaba de sumar Ahí va el señor G (Norma, 2009), su segunda novela.
Siguiendo lo que es ya casi una tradición, el libro narra un día en la vida de su protagonista, un solitario y calculador empresario limeño. Un día que se inicia momentos después del terremoto del 15 de agosto de 2007, que desencadena en el señor G una larga serie de recuerdos personales. Casi no hay trama ni personajes en el tiempo “presente”, pues el interés del relato radica en la manera en que se van presentando, fragmentariamente y con mucho humor, diversos episodios de la relación del protagonista con sus parientes más cercanos.
Sin dejar de resaltar las virtudes literarias de Chávez (la amplitud de su vocabulario, el atrapante ritmo de su prosa) encontramos ciertos problemas en la novela: lo intrascendente de los episodios; o que en algunos pasajes el autor se deje arrastrar por el fluir de sus palabras, perdiéndose en circunloquios innecesarios. Ahí va el señor G nos parece, por eso, inferior a los anteriores libros de Chávez; pero confiamos en que el joven escritor sabrá superar este tropiezo en su obra.
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Otros trextos sobre Ahí va el señor G: José Güich.
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5 comentarios:
Estimado señor Ágreda. Con todo el respeto que usted y su trabajo se merecen, creo necesario y adecuado hacer notar que la impresión que me da su lectura de de una ligereza impropia.
Tuve la oportunidad de leer "Ahi va el señor G" hace unas semanas y me impresionó y dejó muy satisfecha la habilidad con que el autor puede migrar de un género a otro. Su versatilidad hace notar la evolución de su prosa y el crecimiento del autor.
Ver el cambio del señor G, a quien no le importan más que las mujeres y el dinero hacia un hombre que hasta toma la posibilidad de adoptar a una niña que ni conoce es una migración que se ve reflejada en cada uno de los episodios del libro. Como bien se ha dicho en más de una reseña, es una "novela de la memoria" que lleva al lector en un viaje de recuerdos excepcional.
Saludos cordiales,
Cinthya
Estimada Cinthya. Respeto su opinión y su discrepancia con mi valoración del libro. Pero no creo que mi comentario sea de "una ligereza impropia": he leído la novela dos veces y también intercambiado opiniones sobre ella con el propio autor.
Saludos.
No he leído todavía "Ahí va el señor G.", así que no puedo emitir ningún juicio sobre el texto, pero sí me gustaría opinar sobre el tema de la intrascendencia, banalidad o frivolidad en literatura. La calificación de "intrascendente" para el episodio de una novela puede significar dos cosas, propiciando así un enredo cuya solución es sencilla: la primera cosa, que dicho episodio no funciona en el conjunto, no aporta nada a la trama, y por lo tanto es intrascendente con respecto a la construcción del argumento. El segundo significado tiene menos que ver con la elaboración del relato y más con el sentido directo de "intrascendente": algo sin sustancia, carente de peso y valor, de relevancia. Un determinado capítulo en una novela puede ser intrascendente en sólo uno de los dos sentidos, o en ambos, o en ninguno. En esa línea, un texto puede ser intrascendente y trascendente a la vez. Para evitar la confusión, podría usarse la palabra "funcional", con respecto a la trama, se entiende, para referirse al primero de los sentidos.
Terminamos hablando de "mistica" pero sin leer este libro discrepo con el juicio de los libros anteriores que me parecen grandes ideas con argumentos poco desarrollados incapaces de retener al lector, solo se salva el cuento que le da titulo al libro y aparece en todas las antologias...
En lo personal me parece que el autor "adorna" demasiado sus relatos, tuve oportunidad en tratarlo una vez en la Universidad y sinceramentees de esas personas que cae antipático queriendo demostrar falsa humildad.
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