The wind traveler

En los últimos días dos libros elogiados unánimemente por nuestra crítica, y escritos por autores considerados parte del establishment literario peruano, han sido reseñados en importantes medios extranjeros. Y en ambos casos las reseñas señalan numerosos errores y defectos. ¿Ha sido la crítica literaria peruana demasiado indulgente con esos libros?

La viajera del viento

Como se sabe la novela La viajera del viento (2016) de Alonso Cueto conforma, junto con La hora azul (2005) y La pasajera (2015) la llamada “trilogía de la redención”, centrada en la violencia política de los años ochenta y noventa. La viajera… ha sido traducida al inglés y publicada recientemente en Estados Unidos, con el título de The wind traveler. Por ese motivo el prestigioso The New York Times publicó una reseña de la novela, a cargo de la crítica y traductora Jennifer Croft, ganadora, entre otros, del Premio Man Booker International. Croft señala errores en todos los aspectos de la novela:

Esta es una historia sobre la veneración de un hombre por dos mujeres a las que hizo daño: la madre muerta (a la que descuidó en vida) y la mujer a la que disparó. Sin embargo, no ofrece ni un solo personaje femenino convincente, solo un desfile de mujeres “encantadoras” y niñas que tienen "piernas como de gacela”. Las mujeres de esta novela son “delgadas” o no aparecen en la foto.

Las críticas más duras están enfocadas en lo plano de los personajes, la estructura fallida de la novela (dice que en realidad parece “dos novelas”, una sobre la “memoria” y la otra un torpe relato de suspenso), los estereotipos y lugares comunes (“La propuesta de expiación está subsumida por la prosa agitada de Cueto y sus estereotipos tediosos”), o la falta de expresividad del lenguaje (“Las frases machistas, sobre agresiones sexuales y torturas, se sienten sencillas, planas y sin la intención de dar testimonio, dejar las cosas claras o sondear las profundidades de la psique humana, en un esfuerzo por comprender el sadismo de los hombres hacia las mujeres”). El final de la reseña es sumamente irónico:

Las dudosas conclusiones a las que llega La viajera del viento distan mucho de la solución moral que se propuso el autor como tarea. Le queda al lector comprender el problema de la culpa y la redención; siempre que sea lo suficientemente delgado para hacerlo.

Medio siglo con Borges

La más reciente publicación de nuestro nobel Mario Vargas Llosa es el libro Medio siglo con Borges (2020), una recopilación de ensayos y entrevistas sobre la vida y obra del escritor argentino. Aquí en Perú el libro ha recibido elogios unánimes; pero en Uruguay el crítico Hugo Fontana acaba de publicar una muy dura reseña, titulada “Vargas Llosa lee a Borges y se equivoca”. Entre los reparos que le hace al libro figuran una serie de errores históricos:

Vargas Llosa asegura que el primer Gobierno peronista (al que le atribuye doce y no nueve años, como en realidad tuvo) adhirió al Eje, cuando en realidad Perón accedió a la Presidencia de Argentina en 1946, un año después de la derrota de Alemania y sus socios. Sostiene que Borges fue nombrado por el peronismo “inspector de corrales” debido a su “adhesión a los Aliados”, cuando el incidente ocurrió sobre finales de 1946, después de que este suscribiera manifiestos antiperonistas.

Pero lo que más critica es la “interpretación” que Vargas Llosa hace de las relaciones entre Borges y María Kodama:

Exalta un supuesto y voraz calor que habría unido a Borges con María Kodama, “una mujer joven, bella y culta, con la que podía hablar de todo aquello que lo apasionaba y que, además, le hizo descubrir que la vida y los sentidos podían ser tanto o más excitantes que las aporías de Zenón, la filosofía de Schopenhauer...”, y que además provocó durante los últimos años del autor de Ficciones que todo lo que hiciera, tocara e imaginara en su “frenético trajín” lo acercara, “a la vez que a la literatura, a su joven compañera”... Es en ese momento cuando el lector comienza a sospechar que en realidad Vargas Llosa se está refiriendo —y acaso explicando— a su crepuscular noviazgo con la filipina Isabel Preysler, más que al vínculo que unió a Borges con su ex alumna y colaboradora.

Aunque Fontana admite que el libro “tiene momentos de gran interés, en particular la conferencia ‘Las ficciones de Borges’, que Vargas Llosa leyó en Marbella en 1987 y que luego publicó en diversos medios”, su balance final es negativo. “Los escritores famosos envejecen mal, llenos de soberbia y achaques”, cita del libro de Vargas Llosa. “Sabias palabras. El pez, como es habitual, por su boca muere”, concluye.


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