Resto que no cesa de insistir


Con ocho libros publicados –cuatro conjuntos de cuentos y cuatro novelas, entre las que destaca Retablo (2004)– el escritor Julián Pérez (Ayacucho, 1956) ya es una de las voces más originales e importantes de la narrativa peruana actual. El más reciente de esos libros es Resto que no cesa de insistir (Atalaya, 2011) novela constituida por el alucinado monólogo de un loco que rememora su pasado familiar, especialmente a su ancestro Puka Toro (un montonero de la guerra de independencia), y reflexiona sobre temas como la injusticia, el amor o el sentido de la vida.

Recluido en un manicomio, el protagonista (Julián, como el autor) se dirige siempre a su médico, a quien llama “Rata” y ve como una encarnación de todo tipo de autoridad. Así, Julián no sólo le reclama por los electroshocks a los que es sometido, también por los quinientos años de opresión del hombre andino, los abusos del catolicismo, la corrupción política o los excesos del racionalismo. Todo ello dentro de un discurso sarcástico y agresivo, en el que se mezclan las alusiones librescas con los coloquialismos y las expresiones altisonantes, así como la gramática del español con ciertas palabras y ritmos propios del quechua.

Con esos recursos (y a pesar de ciertos tropiezos verbales), la novela se convierte, como ya ha señalado el crítico Alexis Iparraguirre, en una versión concisa y andina de las llamadas novelas totales, aquellas que pretendían reunir mito, historia, crítica, actualidad política, literatura, etc. Resto que no cesa de insistir resulta por eso un significativo paso adelante dentro de la narrativa de Julián Pérez.

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Otros textos sobrte la novela: Alexis Iparraguirre.
En Libros hay una reseña de Retablo


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