Las tristezas fugitivas
En el 2011, el tipo de libros de ficción más publicado en nuestro medio han sido las primeras novelas de escritores jóvenes (o no tanto). Se trata de relatos con bastantes características en común, especialmente su naturaleza autobiográfica, pues sus autores cuentan sus propias vidas: su experiencia de estudiantes (colegio, universidad), sus primeros amores y el difícil ingreso al mundo adulto (trabajo, matrimonio). Así sucede, por ejemplo, en Las tristezas fugitivas (Magreb, 2011) primera novela del escritor y crítico Marlon Aquino (Callao, 1980).
Antonio, el protagonista, es un escritor y estudiante de literatura de la Universidad de San Marcos (como el autor), y la mayor parte del libro está constituida por el relato del accidentado romance que sostuvo con Tania –una compañera de estudios–, su labor como profesor preuniversitario y el fracasado intento de ganar un concurso de cortos cinematográficos. Son historias comunes y cotidianas, narradas aquí de una manera amena, empleando el fresco lenguaje de los jóvenes, pero sin mucho vuelo artístico.
Por su formación, Aquino debe haber notado que su relato no era de especial interés, y por eso le agregó una breve historia “marco”: la narración empieza y termina con Antonio ya anciano, de regreso en el Perú después de muchos años. Pero en realidad eso no resulta un aporte (temático o formal) trascendental para la ficción. Como la mayoría de las “primeras novelas” publicadas recientemente, Las tristezas fugitivas no llega a ser un buen libro, aunque sí muestra alguna virtudes literarias que el autor podría desarrollar en futuros trabajos.
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Marlon Aquino administra el blog Apuntes de un nefelibata.
Otros textos sobre la novela: Jaime Cabrera,
Entrevistas: Carlos Sotomayor, Roberto Morales.
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1 comentario:
creo que buscare entonces otro para regalar, y esperare al siguiente de este autor.
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