Carlos Calderón Fajardo. Playas (Borrador, 2010)
El litoral como una frágil frontera entre mundos opuestos es la principal constante en los cuentos de Playas (Borrador, 2010), el recién publicado libro de Carlos Calderón Fajardo (Juliaca, 1946). Pero no solo se trata del encuentro físico entre la tierra firme y el mar, sino también de una serie de enfrentamientos diversos: entre lo urbano y la naturaleza, lo objetivo y lo subjetivo, lo cotidiano y lo fantástico, entre otros. Y todo ello a través de 33 relatos breves, de entre una y siete páginas de extensión.
En “Playa Ballena”, cuento que inicia el libro, un escritor fracasado llega a la mencionada playa buscando a un autor al que siempre ha admirado. Pero en ese lugar solo encuentra a una pareja de ancianos, con quienes comparte “quince días de una vida paradisíaca”. Toda la experiencia se resume en un símbolo final, el cadáver de una ballena blanca, varado en la playa: “parecía un inmenso esqueleto tallado en oro…”. En general, en estos textos el mar es una fuente de objetos y seres simbólicos e irreales.
Pero 33 es un número muy grande, y los relatos pronto comienzan a repetir temas, motivos y recursos, con resultados demasiado desiguales. En la segunda mitad del libro, lo literario (las huellas de las obras de Pavese, Proust, Bolaño, etc.), no aporta mucho al conjunto; además, Calderón Fajardo vuelve a descuidar su prosa, lo que esta vez se hace más evidente, al tratarse de textos breves. Playas, sin lugar a dudas, es un libro de interés, aunque no la gran obra que todos esperamos de su autor.
Enlaces relacionados
En el blog Playas hay abundante información sobre el libro.
En Internet se pueden leer los cuentos "Punta Negra" y "La mariposa de Ancón".
9 comentarios:
Ufff.gRacias, maestro. Casi me lo compro!
Lamento disidir con usted, pero creo que playas es un interesante diptico donde el autor explora de manera mas profunda temas relacionados a sus temas recurrente (la muerte, la creación, el dialogo metaliterario) y logra en muchos de los micro relatos verdaderas "epifanias". Me parece uno de los cuentarios mas interesantes publicados en el Perú
!Sobrevalorado! Concuerdo con usted, señor Agreda.
Una pregunta, señor Ágreda: si todfos los libros del autor mencionado son solo regularones, ¿por qué, como señala al final de su reseña, deberíamops esperar algo mejor de él?
No he leído todos los libros de CCF, pero había grandes expectativas con respecto a este en especial. Según El Comercio, Playas confirma que su autor es "... uno de los mejores narradores peruanos actuales", y para Caretas se trata de un "Libro impecable desde muchos aspectos".
Tiene razón, acabo de comprar el libro y hay cuentos buenos y otros malísimos, pero me queda una duda. ¿Leyó Ud. de verdad el libro? Porque ahí pone que en "Playa Ballena", el protagonista se encuentra con una pareja de ancianos, y si no mal recuerdo es mas bien con una pareja de jóvenes.
Esto podría ser un error menor, pero es el único cuento que reseña y eso hace que me quede la sensación de duda.
Sería bueno o que profundices en los cuentos o al menos del único que se reseña se haga de forma precisa.
Ojala se anime a publicar este comentario
Saludos
En realidad en el cuento no se dice nada acerca de la edad de esa pareja. Algunos detalles me hicieron suponer (acaso erróneamente) que eran ancianos: se divierten jugando cartas o cantando canciones de Nat King Cole; además forman un armonioso trío con el protagonista, un "viejo autor... profesor universitario de literatura jubilado".
Javier, Calderòn Fajardo se acaba de quejar de ti en el blog del Hablador_
===Cierto tipo de critica mal intencionada, y yo he sido victima hace poco de una critica de ese tipo, formula juicios sin argumentar, sin dar razones, condenando si leer los textos. Probablemen esta sea una praxis que forma parte de la lucha de clases, pero no de lo estrictamente literario.===
http://www.elhablador.com/blog/2010/04/07/el-hombre-que-mira-el-mar-9/#comments
Gracias por el dato. Supongo que CCF efectivamente se refiere a esta reseña. Es gracioso que los escritores no sean capaces de aceptar ningún cuestionamiento a sus libros. Si un crítico no dice que el libro en cuestión es una “obra maestra”, para la mayoría de los escritores solo existen tres opciones: a) El crítico no ha leído el libro y sus opiniones no tienen ningún fundamento b) el crítico odia al autor y sus comentarios son malintencionados c) El crítico es parte de una gran conspiración –política o económica– que intenta postergar al escritor.
Pero para CCF una sola de estas opciones no es suficiente, así que recurre a las tres.
No creo que en la reseña se formulen “juicios sin argumentar, sin dar razones”; lo que sí podría faltar es algún tipo de demostración, una muestra de aquello que se está cuestionando. Por supuesto, en una columna periodística no hay espacio para eso. Un ejemplo: en la reseña se dice que la prosa de CCF resulta demasiado descuidada, algo que se puede demostrar fácilmente citando algunos párrafos:
“Aprendí un alemán rudimentario que me permitía intercambiar palabras con Taube que dejaba fuera de la conversación a la boliviana, que por una extraña razón que nunca entendí odiaba a los teutones, a los entomólogos, y a los lepidopterólogos” (p. 54)
“En el camino se le cae el reloj al joven Truman Streckfus y se le rompe, lo que Truman tomo como signo de un mal presagio” (p. 129)
“Las playas estaban separadas en playas para hombres y playas para mujeres por motivaciones de pudor y mundanidad” (p. 142)
“El que la veía lograría entrar en contacto con el espíritu que revelaba el misterio del por qué las mariposas pasan por un largo proceso de maduración de larva a crisálida para luego de nacer a la vida esplendorosamente en forma de crisálida y vivir apenas un día” (p. 57)
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