El jardín de los encantos
Dimas Arrieta. El jardín de los encantos. Habla el gran Sinonés (Fondo Editorial Cultura Peruana, 2008)
El escritor piurano Dimas Arrieta (Huancabamba, 1964) se hizo conocido como poeta hacia finales de los años 80 con los libros Concierto de la memoria (1987) y Recuento de las épocas memorables (1989). No obstante, en los años 90 inició un ambicioso proyecto narrativo: una serie de novelas sobre el universo mágico y mítico del norte del Perú, en especial todo lo relacionado con los guayacundos y las famosas lagunas de las Huaringas. Las dos primeras entregas de esta saga fueron Camino a las Huaringas (1993) y En el reino de los guayacundos (2003), a las que ahora se suma El jardín de los encantos. Habla el gran Sinonés, extensa narración que concluye y resume la trilogía.
A la manera de algunas novelas de Mario Vargas Llosa (El hablador, El paraíso en la otra esquina) El jardín de los encantos presenta dos relatos que se van alternando. En los capítulos impares (señalados con números “romanos”) se cuenta la historia de Juan Carlos Asturriaga, un piurano cuya vida oscila entre la modernidad limeña y el mundo mágico de su infancia; los capítulos pares (en números “naturales”) son las experiencias del protagonista cuando, a través del consumo de ciertos alucinógenos, (como el sampedro) establece contacto con una serie de personajes míticos. En estos viajes Juan Carlos se convierte en “el nostalgiador”, quien escucha atentamente las palabras del gran Sinonés.
Como ha señalado José C. Bello, a propósito de En el reino de los guayacundos, hay varios aspectos que destacar en el proyecto narrativo de Arrieta: la recuperación de la tradición cultura oral de su Huancabamba natal, la apuesta por las posibilidades literarias de esta tradición y la necesidad de su incorporación al canon literario peruano, y la búsqueda de un saber alternativo a la razón instrumental occidental. Es este último elemento el más importante, pues determina tanto la estructura de la novela (basada en la oposición entre modernidad y tradición) como los temas de los largos discursos del gran Sinonés, quien critica constantemente la pérdida de la sabiduría ancestral a partir de la conquista y sucesivas oleadas modernizadoras en nuestro país.
El peligro en una doble narración en paralelo es que una de las dos historias no esté a la altura de la otra, como sucedió en El paraíso en la otra esquina. En esta novela de Arrieta ocurre algo de eso, pues el relato de los capítulos impares, centrados en las relaciones de la pareja conformada por Juan Carlos y la histérica y prejuiciosa Patricia (y cuya conclusión precede a los capítulos pares), no resulta funcional para la propuesta del autor ni llega nunca a captar el interés del lector. Cuesta entender que el místico y sereno protagonista se mantenga unido a una mujer tan materialista y problemática. Hasta los diálogos de esta pareja parecen algo torpes y poco verosímiles.
Por otra parte, sin esta débil trama narrativa, los capítulos pares, en los que habla el gran Sinonés, acaso estarían más cerca del testimonio antropológico que de la ficción literaria. Ese es precisamente el mayor problema de esta trilogía de novelas: a pesar de la importancia y originalidad del valioso material cultural en el que están basadas, su formulación literaria no parece la más apropiada. Una lástima, pues es evidente que Arrieta ha dedicado muchos años y esfuerzo a este proyecto (esta tercera entrega tiene 400 páginas de formato grande) y que de verdad está identificado con las tradiciones y mitos que recrea.
Las mejores páginas de El jardín de los encantos son aquellas en que el gran Sinonés se expresa en extensos monólogos cargados de emotividad y en los que además se conjuga el lenguaje oral característico de la región con imágenes y recursos poéticos. Especialmente cuando describe minuciosamente el paisaje y la geografía de la región, cada una de las siete lagunas de las Huaringas; o cuando cuenta la historia y las propiedades de cada una de las siete yerbas mágicas. Arrieta logra así, con estas tres novelas, su principal propósito: incorporar el imaginario del norte peruano a nuestra narrativa.
(Artículo publicado originalmente en La Primera)
Otros textos sobre El jardín de los encantos: Ricardo González Vigil.
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1 comentario:
Soy periodista y hace algun tiempo no veo al dr dimas Arrieta .por favor deseo comunicare con el,puede escribirme y dejar telefonos en : karloalvarez@hotmail.com
995057019.
gracias
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