Huérfano de mujer
Carlos Eduardo Zavaleta. Huérfano de mujer (Alfaguara, 2008)
A los 80 años de edad, el escritor Carlos Eduardo Zavaleta (Caraz, 1928), uno de los más importantes narradores de nuestra generación del 50, se mantiene tan productivo como en su juventud. Su más reciente novela es Huérfano de mujer, la historia de la pareja conformada por el hombre de letras e investigador tarmeño Claudio Rojas y su amada Rosa. La pareja se conoce en los años 60 –Claudio era entonces asistente de un prestigioso historiador, Rosa una joven bibliotecaria– y abarca hasta inicios del siglo XXI, cuando Rosa enferma y muere, dejándolo como un solitario y melancólico viudo.
Además de esta historia de amor, que oscila entre lo cotidiano y lo dramático, la narración presenta otras dos líneas temáticas. Una de ellas está relacionada con las grandes transformaciones que experimenta Lima, desde la época del tranvía y del esplendor del Centro hasta la violenta megaciudad de la actualidad. La otra es el progresivo descubrimiento del dolor y la muerte por parte de los protagonistas. En el último tercio de la novela, a partir de la enfermedad de Rosa, esta línea se vuelve dominante, y al confluir con el intenso final de la historia de amor, genera las mejores páginas del libro.
Pero no todo se articula tan armoniosamente. El paso del tiempo se manifiesta en el deterioro tanto de los personajes como del paisaje urbano; pero a la decadencia humana se oponen el crecimiento y vitalidad de la nueva ciudad. Ese y otros desfases se hacen evidentes en Claudio, un personaje irritante y lleno de contradicciones: es provinciano pero odia a los provincianos avecindados en Lima (como él); es de origen humilde, pero está demasiado pendiente de viajes, lujos y refinamientos; y tiene una enfermiza obsesión por la belleza, que lo lleva a interrogar a médicos y especialistas sobre si la bella Rosa podría, con los años, parecerse a su horrible hermana mayor Josefa.
A los descuidos en la construcción del protagonista se suman otros: anacronismos, errores de "continuidad" (en la página 12, por ejemplo), confusiones entre los narradores en primera y tercera persona que se alternan en el relato. Sin discutir la trascendencia de la obra de Zavaleta para el desarrollo de la narrativa peruana (reconocida unánimemente por escritores y críticos), en Huérfano de mujer resulta más evidente esa pérdida de rigor literario que ya hemos señalado al comentar sus libros más recientes, desde Campo de espinas (1995) hasta Con boleto de vuelta (2007).
(Artículo publicado previamente en La República)
Se pueden leer algunas páginas de Huérfano de mujer en El Comercio y en su blog Tu librería.
Otros textos sobre esta novela: Marlon Aquino, José Güich, Ricardo González Vigil.
Entrevistas: Pedro Escribano, Milagros Leiva, Enrique Planas, Carlos Sotomayor, Giancarlo Stagnaro.
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