Pata de perro

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Jorge Díaz Herrera. Pata de perro (Editorial San Marcos, 2007)

El cajamarquino Jorge Díaz Herrera (Celendín, 1941) es un escritor prolífico y versátil. Se inició como poeta, con el libro Orillas (1968), y después ha incursionado en casi todos los géneros literarios: en el teatro –Ver para correr (1968), Comanche (1970), entre otras–, en el cuento con su conocido libro Alforja de ciego (1979) y más recientemente en la novela, comenzando con La agonía del inmortal (1985), que fue bien acogida por la crítica, hasta Pata de perro su quinta novela recién publicada, un relato en el que retorna a la ciudad de Trujillo, en la que vivió su infancia.

La primera parte del libro (dos centenares de páginas), está dedicada a las aventuras de un grupo de niños: Pol (el protagonista de la novela), su hermana Nana, el moreno Cocoidé, Lucas, etc. Conviven con ellos una serie de adultos, dotados todos de una inocencia y simplicidad que los hace casi niños, como el loco Pericote, la solterona Irma, o Mamatina y Papagusto, los padres de Pol. El carácter festivo de los sucesos, relatados de una manera dinámica y amena, y la humanidad y camaradería reinantes en esta comunidad, se conjugan en un interesante retrato narrativo de la vida de barrio de aquellos años (hoy desaparecida), cuando las calles de nuestras ciudades no eran tan peligrosas y en ellas se realizaba buena parte del proceso de socialización.

La segunda parte de la novela, sus últimas 100 páginas, cuentan las peripecias de Pol fuera del Perú. Primero como estudiante y poeta (no muy bueno, a juzgar por sus versos), y después, ya mayor, llevando una vida casi de pícaro: sin trabajo fijo, realizando travesuras y pequeños robos para sobrevivir. El protagonista, sin perder su carisma personal, se va convirtiendo en un hombre solitario y nostálgico al que además "se le da por recontar su vida". Y sus eventuales visitas al barrio trujillano solo sirven para comprobar la desaparición del añorado paraíso de la infancia, pues los amigos también han emigrado y las personas mayores están muriendo.

Así, en esta segunda parte de Pata de perro la narración se hace demasiado lenta y enmarañada por la interpolación de los recuerdos y reflexiones de Pol. Incluso se pierden algunos de los mayores logros de la primera parte, bien señalados por el poeta Arturo Corcuera: la conjunción de gracia, intriga y aventura, y "la filiación callejera del lenguaje", la recreación literaria de la manera de hablar de los peruanos de hace cinco decenios.


Otros textos sobre Pata de perro: Arturo Corcuera, Ricardo González Vigil.
Entrevistas: Pedro Escribano, Enrique Sánchez Hernani.
Jorge Díaz Herrera tiene su propio blog Alforja de ciego.

2 comentarios:

Javier Ágreda dijo...

El escritor José Adolph ha comentando esta novela en su columna de Caretas. En uno de los párrafos de su texto, responde a nuestra reseña:

"Alguien muy respetable ha elogiado Pata de perro, pero considera que la segunda parte lo desmerece. No lo veo así. Veo un festival de la imaginación, la fantasía, el humor pero también de tragedia. Está tan salpicado de joyas atribuidas a su multitud de personajes que después me he sorprendido pensando como hablan ellos. Esto, justamente en la segunda parte, se convierte en un aquelarre entre fantasmal, gracioso y profundo, que me veo incapacitado de emular: bien lo quisiera. Es uno de esos libros que me encantaría plagiar si tuviera ese talento".

Anónimo dijo...

es muy bueno el libro lo recomiendo para todo tipo de personas niños grandes y ancianos .... aun no lo leo pero es muy bueno


xauz


lalo gay