El novel peruano 2004


Luis Hernán Castañeda. Casa de Islandia (estruendomudo, 2004)

A medio camino entre el libro de cuentos y la novela, Casa de Islandia (estruendomudo, 2004) de Luis Hernán Castañeda (Lima, 1982)- ha sido considerado por la crítica como el debut literario más importante del 2004 en el Perú. El libro se presenta como el diario de un escritor; diario que es leído y comentado por un crítico literario. El escritor es Pierre Menard (nombre tomado de un personaje de Borges) y el diario no contiene vivencias personales sino una serie de cuentos, acompañados de aclaraciones y anotaciones de Menard. El crítico que lee estos textos es Luis Hernán Castañeda (personaje ficticio), quien asume una postura severa y poco complaciente con la narrativa y reflexiones de Menard.

El mayor peso de la ficción está en los cuentos, escritos con soltura y buen manejo del lenguaje, que presentan a niños o adolescentes en ambientes y situaciones irreales. La blanca navidad y Las ingénitas son historias de niños enamorados de personas mayores y extravagantes: en el primero se trata de una niña y un hombre que hace esculturas con materiales orgánicos; en el segundo, de un niño y una mujer que tiene una pierna ortopédica. Áyax, El ídolo y El belódromo, los relatos más extensos e importantes, tienen como protagonistas a jóvenes aspirantes a escritores, sus relaciones personales y obsesiones, sin dejar de lado lo irreal y macabro.

El propio Menard reconoce los "defectos" de sus cuentos: limitaciones del mundo representado, personajes inverosímiles (radicalmente solitarios y solipsistas), ciertas temas recurrentes y mal resueltos. Menard intenta justificarlos apelando a influencias y antecedentes literarios (y en esto se parece más a otro personaje borgiano, al Carlos Daneri de El Aleph) cuando lo cierto es que se trata de características típicas de las ficciones escritas por adolescentes, que giran siempre en torno a problemas como la falta de comunicación, el descubrimiento del erotismo y de la muerte, el enfrentamiento entre el mundo subjetivo de la infancia y el mundo real de los adultos, la búsqueda de "un amor disponible con apariencia de realidad intocable".

Lo adolescente es la clave para entender Casa de Islandia. Al parecer, Castañeda reunió estos relatos para su publicación, pero al hacerlo se dio cuenta que ya no se identificaba con ellos y recurrió al personaje de Menard (quien, según Borges, reescribió el Quijote siglos después), un autor más maduro y con más lecturas, para esas fantasías juveniles. Y para darle unidad al conjunto apeló a Rayuela de Cortázar, el escritor adolescente por excelencia: "El orden de los cuentos que conforman Casa de Islandia es intercambiable", "resulta obvio que Arcana es una adaptación de La Maga", "esa sintaxis... es un plagio de la sintaxis de Cortázar". Nosotros agregaríamos las similitudes entre este Menard y el Morelli de Rayuela.

El antecedente más prestigioso de literatura adolescente en nuestro país es La casa de cartón (1928) de Martín Adán. Ya desde el título, Castañeda nos anuncia que su Casa de Islandia es una versión globalizada y posmoderna de aquel libro, basada más en los pastiches, juegos metatextuales y retorcimientos estructurales propios de la literatura más reciente. Lamentablemente, estos recursos casi anulan a aquellos elementos que siempre han sido los más atractivos en este tipo de ficciones: la fantasía y peculiar visión del mundo, la frescura y libertad en el manejo de los recursos literarios. Algo que se puede comprobar si comparamos este libro con la narrativa, bastante afín, del colombiano Andrés Caicedo.

Estudiante de literatura de la Universidad Católica, Luis Hernán Castañeda es un narrador joven, talentoso y con una gran amplitud de lecturas. Casa de Islandia, a pesar de nuestros reparos, es una buena carta de presentación tanto para el autor como para la editorial estruendomudo, surgida de la revista literaria odumodneurtse. Una metamorfosis cada vez más frecuente en nuestro país, en el que los nuevos escritores, tienen que inventar sus propios medios para hacer llegar sus obras a los lectores.

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