Valiosas iniciativas editoriales

La clausura de la 31 Feria del Libro Ricardo Palma es una buena ocasión para destacar algunas interesantes propuestas editoriales. En primer lugar la de Ediciones Peisa, que ha vuelto a publicar una serie de obras clásicas de la poesía peruana, con buenos estudios prologales y dentro de su serie “Alma matinal”, que incluyen toda la obra de César Vallejo –Los Heraldos negros, Trilce y Obra poética completa–, y la Poesía reunida de Javier Heraud.

Tranvías editores, dirigida por la poeta Cecilia Podestá, está publicando también una original serie de poemarios: libros objetos, con las carátulas y la encuadernación hechas a mano y de tal manera que no haya dos ejemplares exactamente iguales. Algunos de los títulos son: Catorce formas de melancolía de Eduardo Chirinos, Morir es un arte de Mariella Dreyfus, Estudios sobre un cuerpo de Jorge Frisancho y el más reciente Desvelo Blanco de Ana María Falconí.

Ediciones Altazor puso en circulación hace poco siete novelas de “nuevos” escritores latinoamericanos, y trajo a los siete escritores de visita a nuestro país. Entre esas novelas figuran Carbono 14. Una novela de culto, del cubano Jorge Enrique Lage; La maniobra de Heimlich, del ecuatoriano Miguel Antonio Chávez y Takashi. Historia robadas, del peruano Ernesto Carlín (ya comentada en esta columna). A ellas se suma la segunda parte de la saga que Carlos Calderón Fajardo está escribiendo sobre la legendaria Sarah Ellen.

Por último, la Universidad San Ignacio de Loyola está impulsando el ensayo literario con la publicación de tres libros: Casa, Cuerpo. La poesía de Blanca Varela frente al espejo de Camilo Fernández C. (miembro de la Academia Peruana de la Lengua), Espejos de la modernidad: Vanguardia, experiencia y cine en 5 metros de poemas de Selenco Vega y La intertextualidad en la poesía de Emilio A. Westphalen, de Mauro Marino Jiménez.

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