Huerto cerrado

Los cuentos de Bryce


El reconocimiento internacional de la obra novelística de Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939), ha hecho que su también importante labor como cuentista quede relegada a un injusto segundo plano. No obstante el propio Bryce ha reconocido ser un autor de “libros de cuentos” y no solo de cuentos ocasionales, como demostró en los inicios de su ya larga trayectoria literaria con dos excelentes libros: Huerto cerrado (1968, Premio Casa de las Américas) y La felicidad ja ja (1974), que acaban de ser vueltos a publicar por la editorial Peisa.

Escrito bajo la influencia de Cortázar y Ribeyro, Huerto cerrado está estructurado alrededor de un personaje común a todos los cuentos: Manolo, un muchacho de clase alta al que le toca vivir el triste proceso de la decadencia familiar. Los relatos presentan a Manolo en las diversas etapas de su aprendizaje social (su primer amor, su iniciación sexual), enfrentando todo tipo de frustraciones y de fracasos. Tras las desventuras de Manolo se nos muestra toda la hipocresía y complejidad de la sociedad limeña de los años sesenta.

La felicidad ja ja trae a un escritor más maduro y diestro en el manejo de sus propios recursos expresivos. El humor, la exageración y la tendencia a la oralidad, que aparecían tímidamente en los primeros relatos, se han vuelto aquí elementos centrales para expresar toda la sensibilidad y vulnerabilidad de los personajes bryceanos. El mayor dominio del arte narrativo en general, y del cuento en particular, da como resultado algunos de los mejores relatos escritos por Bryce: “Eisenhower y la Tiqui-tiqui-tín”, “Muerte de Sevilla en Madrid”, “Antes de la cita con los Linares” y, por supuesto, “Baby Schiaffino”.



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