El guachimán y otras historias

nietod
Luis Nieto Degregori. El guachimán y otras historias (Alfaguara, 2008)

El escritor Luis Nieto Degregori (Cusco, 1955) es autor de una importante obra narrativa que se inició con los cuentos de Harta cerveza y harta bala (1987), y que ya abarca cuatro libros de cuentos y dos novelas, Cuzco después del amor (2003) y Asesinato en la gran ciudad del Cuzco (2007). Fue uno de los primeros en escribir ficciones sobre la violencia política de las décadas pasadas en el Perú, y su cuento Vísperas es infaltable en las antologías sobre este tema. Nieto acaba de publicar el libro El guachimán y otras historias que reúne tres novelas cortas en las que continúa incorporando nuevos ambientes y personajes a su narrativa.

La primera de estas novelas, La mala conciencia, sucede en la ciudad de Puno y es la historia de un lujurioso sacerdote católico y su amante Ester. El narrador es el sacerdote, quien cuenta sus aventuras sin remordimientos de ningún tipo, incluyendo acosos sexuales, seducciones y hasta abortos clandestinos. Pero finalmente es Ester el personaje más logrado: de origen muy humilde, violada muy joven y víctima recurrente de abusos de todo tipo, ella encuentra en el erotismo la única forma de hacerse un lugar dentro de esa sociedad provinciana y abiertamente machista.

Los otros dos relatos están ambientados en la Lima de hoy. Ninotchka cuenta un peculiar triángulo amoroso entre un hombre casado y sus dos jóvenes amantes que tienen el mismo nombre: Ninotchka. Aquí lo que más llama la atención es el empleo exclusivo del lenguaje callejero limeño, en una versión casi lumpenesca. Lo mismo sucede en El guachimán, el relato más extenso (inspirado en un suceso real), que narra las aventuras de un agente de seguridad que roba una bolsa con 40 mil dólares. Y lo que hace con ese dinero no es otra cosa que buscar sexo, primero con su enamorada (a quien encuentra con otro hombre) y después con prostitutas cada vez más caras, quienes lo desprecian y ofenden constantemente por su aspecto y su forma de vestir.

Ya en sus anteriores novelas Nieto había mostrado que entre las obsesiones recurrentes de sus personajes estaban el erotismo y la sexualidad, pero no en sus aspectos más trascendentes e importantes, sino a través de ciertas patologías y prácticas degradantes. En esas ficciones los sexual se presentaba en paralelo con temas más elevados y dignos, como el destino de la ciudad del Cusco tradicional en Cuzco después del amor. En estas tres nuevas novelas no encontramos esos otros temas, por lo que la promiscuidad sexual pasa a un primer plano y la reiterada e injustificada presencia de infidelidades, abortos, prostitutas y pornografía llega a hastiar al lector.

En estos nuevos relatos, además, Nieto se sumerge completamente en el universo de sus personajes, hablando como ellos y apelando a su esquemática forma de pensar (llena de prejuicios y lugares comunes), llegando así a un realismo fotográfico e ingenuo. Los diálogos reproducen palabras y frases que se pueden escuchar cotidianamente en la calles limeñas; material que se incorpora a la ficción “en bruto”, casi sin ningún trabajo literario por parte del autor. Y peor aún resulta cuando el narrador omnisciente, quien por lo general utiliza otro registro, apela a expresiones netamente coloquiales como “una pareja que está en pleno agarre” o “hombres que fácil tienen sus cuarenta años”.

Pero la mayor debilidad de estas novelas es el escaso desarrollo de los personajes, construidos en base a los más gruesos estereotipos. Tanto el sacerdote como las ninotchkas y el guachimán carecen de una psicología propia y por su aspecto, costumbres y reacciones están más cerca de la farsa o la parodia que de la narrativa realista. El interés de Nieto por abordar nuevos ámbitos literarios lo ha llevado a incursionar en el universo urbano limeño, que acaso no conozca lo suficientemente bien. O que no resulta tan propicio para esta narrativa como el mundo andino, sus habitantes (la ya mencionada Ester es puneña) y ciudades; en especial Cusco, donde transcurren las dos anteriores novelas de Nieto, muy superiores a las reunidas en El guachimán y otras historias.
(artículo publicado previamente en La Primera)


En El Comercio se puede leer completo el relato La mala conciencia y un fragmento de El guachimán.
Otros textos sobre el libro: Jack Martínez.
Entrevistas: Francisco Ángeles, Carlos Cabanillas, Pedro Escribano, La Primera, Tomacini Sinche, Carlos Sotomayor,

3 comentarios:

Gonzalo Muro dijo...

Muy interesante este comentario sobre el libro y, en particular, tu sentido crítico al final del post, una crítica razonada es la mejor ayuda para quien busca información sobre un libro, y tú lo logras con creces.

Un saludo.

Anónimo dijo...

GRACIAS POR TU ORIENTACIÓN. A MÍ ME GUSTA LA NARRATIVA URBANA Y CON LOS DATOS QUE MENCIONAS ME HAS ANIMADO A BUSCAR ESTA OBRA EN LAS LIBRERIAS.
UN LECTOR ANÓNIMO

Anónimo dijo...

Un anàlisis bastante simplista y reductor, le aconsejo Sr. Agreda que revise su definiciòn sobre "lugares comunes" que es precisamente lo que LND desarticula y denuncia de manera muy lograda en su novela. Y finalmente entérese que no hay que vivir en un lugar para poder escribir sobre ese lugar y la gente que lo habita.
Jesùs Martìnez Mogrovejo(Profesor de Literatura Hispanoamericana - Universidad Parìs X)
jeanmarmo@gmail.com