Manual para cazar plumíferos


Sexo, Beatles y video-clips

Leonardo Aguirre. Manual para cazar plumíferos (Matalamanga, 2005)

Con varias menciones honrosas en importantes concursos de cuentos, Leonardo Aguirre (Lima, 1975) se hizo verdaderamente conocido en el ambiente literario limeño a partir de la columna de crítica literaria que tuvo en la publicación electrónica Agenciaperu.com. Sus irreverentes comentarios, escritos además con mucho humor e ingenio, lo levaron a sostener escandalosas polémicas con varios escritores. Similares sentido del humor, ingenio y vocación de escándalo hay en los cuentos de Manual para cazar plumíferos (Matalamanga, 2005), su primer libro que ha recibido los más contradictorios comentarios y reseñas.

Los protagonistas de estos cuentos son casi siempre "plumíferos", es decir (según la terminología de Aguirre) jóvenes aspirantes a escritores más preocupados en ganar premios y convertirse en personalidades literarias que en escribir y leer. Algunos de ellos incluso alcanzarán la fama de la forma menos esperada. Es el caso del protagonista de ¿Doctor Lüber?, quien no duda en emplear las historias de sus futuras obras literarias como guiones para fotonovelas pornográficas en las que también participa como actor, fotógrafo y responsable del "casting". Uno de sus socios en esta empresa reúne esos guiones y los publica como libro, el que se convierte en un best-seller.

El tono irónico y lo explícito de los detalles sexuales de ¿Doctor Lüber? son características de todo el libro, a las que se suman las recurrentes alusiones a los Beatles y a la beatlemania en general. En Sandrita, Patty Boyd y Michelle ma Belle, el protagonista es Leandro Egoaguirre, un fanático de los Beatles, quien mientras hace, en vivo, un programa de radio sostiene relaciones sexuales con Michelle, operadora de la radio y además la enamorada del mejor amigo de Leandro. También son de temática sexual o beatlemaniaca (o ambas a la vez) Sueño # 9, Mapa de tu espalda, Mi vida en Beatles, Con Paola no puedo y Un Blackbird en el Honey pie, el mejor cuento del libro.

En el empeño por hacer de sus cuentos narraciones frescas y divertidas, Aguirre cae en lo superficial, banal y hasta grotesco; especialmente en aquellos relatos de temática sexual que, como los del Doctor Lüber, terminan pareciéndose demasiado a guiones para algún cómic o fotonovela erótica. A esa mismo tipo de cultura de masas corresponden las alusiones a las canciones de los Beatles, pertenecientes al lado más pop del grupo (más McCartney que Lennon) y también la peculiar técnica narrativa empleada en Con Paola no puedo o Crucidrama, que de alguna manera remite a la estética de los videoclips, pues están escritos en base a frases breves de tres, dos o incluso una sola palabra.

Sin dejar de reconocer algunos aciertos formales -juegos de palabras o asociaciones de ideas especialmente felices- estos cuentos no pasan de ser originales ejercicios de estilo. "Con Paola no puedo... quizá parezca un simple ejercicio formal porque... bueno, lo es." reconoce el protagonista de Café Milton y cordero con Saki, relato que inicia el libro, y en el que un plumífero anciano, supuestamente el propio Aguirre, le da consejos a otro más joven sobre cómo ganar concursos literarios. Es el relato más ambicioso y de alguna manera enmarca a los otros (a los que menciona y cita); pero como prólogo resulta engañoso, pues los plumíferos protagonistas de los cuentos citados están más endeudados con lo audiovisual que con la tradición libresca y literaria.

Hay acuerdo entre los comentaristas de este Manual para cazar plumíferos en señalar la originalidad y audacia del autor en lo que respecta al lenguaje (la prosa, la recreación del habla limeña) y las técnicas narrativas. En este último aspecto, Aguirre redescubre algunos recursos empleados en las novelas del argentino Manuel Puig, reconocido precursor de estos posmodernos acercamientos de la literatura a los géneros menos prestigiosos de la cultura de masas.

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