La escuela de Cusco


Odi Gonzales. La escuela de Cusco (Santo Oficio, 2005)

En los primeros años de la colonia las órdenes religiosas católicas establecidas en el Perú trajeron a una serie de pintores europeos (entre los que destacaron los italianos Bernardo Bitti y Angelino Medoro) para que ayuden, con sus cuadros, en el proceso de evangelización de los indios. Pronto esos pintores establecieron talleres en las principales ciudades del virreinato, “escuelas” en que los aprendices eran muchas veces los propios indios. En el poemario La escuela de Cusco, Odi Gonzales (Cusco, 1962) dialoga con las obras de artistas como Diego Quispe Tito, Basilio Santa Cruz Pumaqallo, Antonio Sinchi Roca y una serie de maestros anónimos.

Divididos en tres secciones (Pintureros, Museo de Indias y La Sixtina de América), los poemas del libro están inspirados en cuadros específicos, de los que toman el título. El primer texto es La última cena. Catedral del Cusco, lienzo famoso porque incluye en la mesa bíblica alimentos andinos: papaya, rocoto y hasta un cuy guisado. “El lienzo / salió de mi mano: yo / pinté, doré y estofé la Santa Cena”, reconoce el artista anónimo en los versos de Gonzales. Pero esa voz se presenta en contrapunto con otra que parece representar a los juicios académicos más vetustos: “Aquí / el taimado pintor indio ... / en un rapto delirante / añadió por cuenta propia /potajes y viandas de su cosecha”.

Hay dos tipos más de voces presentes en los poemas, la de los personajes representados en las pinturas (“Soy el arcángel apócrifo / soy el paria al que los legos llaman / Ángel y príncipe del granizo”) y otra, identificable con la del autor de los poemas, que describe con objetividad e imparcialidad ciertos detalles de los cuadros. Gonzales no intenta reproducir con esta polifonía la estética manierista de la escuela cusqueña; más bien opta por un lenguaje simple y coloquial, y una retórica que remite -especialmente en la “voz” del autor- a la ironía y al tono poético de Antonio Cisneros: “El lucero del amanecer / brilla / como el ataúd de un párvulo / en un camposanto remoto”.

Con estos recursos se logra hacer una reflexión poética sobre la identidad peruana partiendo de su origen, el encuentro y la fusión (mestizaje, sincretismo) entre lo andino y lo europeo. Un sincretismo fácil de comprobar en estos cuadros de motivos católicos (“... el Edén abunda en árboles de kiswar / hordas de loros y flores de ñukchu...”), y también de una gran complejidad, pues detrás de ciertos elementos de esta iconografía católica pueden encontrarse mitos y deidades andinas. Ya Ramón Mujica Pinilla, en Ángeles apócrifos de la América Virreinal (1992), ha señalado el vínculo entre los ángeles arcabuceros, característicos de la escuela cusqueña, con ciertos guerreros alados del panteón prehispánico.

Gonzales prefiere no profundizar en esas complejidades y mantenerse dentro del ámbito de la experiencia estética. Su labor como traductor para National Geographic y el Museo Smithsoniano lo ha llevado a abandonar la narratividad y el testimonio personal -dominantes en sus libros Valle sagrado (1993) y Almas en pena (1998)- por una nueva poética más “culturalista”, basada en el juego de referentes textuales y el diálogo interdisciplinario. Aunque en algunos pasajes se note demasiado la búsqueda de la eufonía y del efecto humorístico, La escuela de Cusco resulta un buen poemario, que parte de una idea original y sugestiva y logra desarrollarla con acierto y oficio literario.

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  1. Algunos poemas de La escuela de Cusco

    La última cena
    Catedral de Cusco


    Atribuido a ciegas
    al Círculo Tenebrista de San Blas
    al Anónimo de Maras
    al Maestro de Taray
    poco
    tengo que decir:
    el lienzo
    salió de mi mano: yo
    pinté, doré y estofé la Santa Cena

    Aquí
    el taimado pintor indio –el Anónimo de la Catedral-
    en un rapto delirante
    añadió por cuenta propia
    potajes y viandas de su cosecha:

    en lugar
    del consagrado pan –sin levadura-
    dispuso en la mesa pascual
    cuy asado, rocotos rellenos
    como si el cenáculo no fuera en Tierra Santa
    si no
    en una fonda cusqueña, digamos
    “La Chola”





    Descendimiento de la Virgen en Sunturwasi / Alegoría
    Marcos Sapaka


    Pintar a las desgranadoras de maíz
    a las vivanderas del Portal de Panes
    era mi mayor deseo

    Pinté
    a la Virgen María embarazada
    y me llamaron pactario

    algunos cuadros son recreaciones
    de evangelios apócrifos


    En mi fresco
    La divina pastora de las almas
    -con censura eclesiástica-
    abundosos pechos de nodriza, la Virgen
    de las Mercedes
    da de lactar de un seno
    al Niño-Dios su hijo, y del otro
    a San pedro Nolasco, patrón
    de la Orden Mercedaria

    el lienzo
    es impío y de mano
    indígena


    En el Cristo caído
    después de la flagelación

    no hay detalles
    no amorcillos:

    el paño del pudor
    apenas
    si cubre los genitales
    del Rey de Reyes:
    una copia
    de los grabados de Wierix y Van Tulden

    con él
    hay una incorporación de flora y fauna
    propia de estas tierras


    Son, además,
    telas de mis obrajes:

    El cantar de los cantares, colección particular
    La comunión del asno, de paradero desconocido
    San Francisco revolcándose desnudo
    en la nieve
    ,
    tres veces
    repintada y cubierta
    con follajería ficticia





    El pintor / Los artificios
    Dibujo de Felipe Guamán Poma
    Nueva Corónica y Buen Gobirno

    Soy el Anónimo de Juli, de Quito, de Calamarca...

    Yo que fui capaz de humectar
    el leve bisel de los labios
    de la Virgen-Niña Hilando

    De develar los ojos acuosos
    de la Magdalena Penitente
    los pies
    de San Cristóbal en el agua
    pisando bancos de peces
    y retocar
    sin fin
    las carnaduras róseas
    de las manos del Ángel
    Portando una Cesta de Pan
    no pude
    dibujar
    las letras de mi propio nombre
    y apellido


    Los pintureros
    no saben
    firmar leer ni escribir
    Por ellos lo hacen a ruego
    los plumarios
    calígrafos diestros en el uso
    de la pluma de escribir


    Soy el Anónimo de La Almudena
    de Santa Clara, de Nazarenas,
    de la capilla de Huaracondo...



    Pintureros
    Pinacoteca de Santa Marta
    Ciudad de Arequipa


    Creación de la mujer

    El pudor de los monjes de este convento
    hizo cubrir los senos de Eva
    con tres capas de estuco


    Jesús duerme en la tempestad

    La firma del autor yace
    oculta
    en el reverso del lienzo
    en una cinta que cuelga
    del pico de un pájaro:

    ¿wanchaco
    zorzal
    calandria?


    El pecado original

    Está dañado por goteras
    y tiene
    desprendimiento de la capa
    pictórica


    Escenas del Evangelio

    La serie de profetas, sibilas y padres
    de la iglesia
    es obra de círculo e imitadores:

    responde a una motivación
    claramente tenebrista


    La parábola del sembrador

    El paisaje urbano que se ve
    al fondo
    detrás de San Crispín
    y San Crispiniano
    patrones del gremio de zapateros
    es Huamanga


    El martirio de San Lorenzo

    La composición no es original
    fue tomada de un grabado holandés
    del siglo XVIII

    hay vacíos en grandes paños




    Dios muestra el paraíso a Adán y Eva
    Cusco School / 18 th Century
    The Metropolitan Museum of Art, New York

    Bosque de Colcampata
    Ceja de selva
    ¿Frutales de la hacienda Urco?
    ¿Fundo Manzanares?

    las carnaciones de Eva, holgadas
    rebasan los ojos del buey
    primero

    Una brizna cubre su sexo ¿ramita de toronjil?

    Hay, al menos, treinta tipos de pájaros
    dispersos en la vegetación


    La flor del paraíso / flor de la granadilla
    retoña
    verde nilo
    rojo bandera
    en los claros del bosque

    Y salía un río de Edén
    que regaba el huerto


    Plantaciones ¿de té?
    ¿cafetales del fundo agrícola?
    Un ternero de los centros de engorde
    no naturaleza muerta
    no
    graffiti:

    punto de fuga a la derecha:

    dos ángeles turiferarios sahuman
    las preñeces de María
    ¿madre tierra?

    Hortus conclusus / huerto cerrado



    San José la Virgen y el Niño
    Lucas Yauli
    Templo de Maca

    En el trío de la Sagrada Familia
    siempre fui el menos importante

    el binomio Made-Niño
    lleva
    sendas aureolas en la testa
    y viste
    telas de damasco carmesí


    Mi modesto taller de carpintero
    las herramientas desgastadas
    fue
    lo único que legué a mi hijo:

    la sierra de vueltas, las garlopas
    de pino
    el gramil, las escuadras
    el pequeño cepillo torito

    Barbado y hercúleo
    la alzada del Santo tiene
    errores de proporción, y el rostro
    de nariz afilada
    una expresión rígida


    No soy el celestial esposo de María
    ni el consorte de Los desposorios de la Virgen
    Soy el vecino morador de esta villa:
    mi oficio
    es hacer puertas, mesas y ataúdes
    es decir
    un individuo de siete oficios
    y catorce universidades

    Siempre quise tener un par de bueyes
    aradores
    un bosquecillo de eucaliptos donde
    ningún pájaro anida: la fuerte
    fragancia del árbol
    es letal para los pichones

    Sobre un lecho de aserrín
    el buen Niño duerme
    y sus padres velan


    Con resignación o recelo
    la estirpe de María me llama El viejo
    y a ella La terneja

    La Virgen inclina el cuello
    con la misma gracia pagana que Venus
    saliendo del mar


    No obstante mi discreto rol
    ¿paternidad responsable?
    habito
    en algunos cuadros de devoción:


    Los primeros pasos del Niño Jesús
    San José y la Virgen buscan posada
    La huida a Egipto,
    etc.

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