Peredo total


Dos hechos marcaron la etapa post clasificación peruana al Mundial Rusia 2018: el aumento de la suspensión a Paolo Guerrero, capitán y goleador del equipo (lo que lo dejaba fuera del Mundial), y la muerte del carismático periodista Daniel Peredo, quien con su emotiva locución de los partidos, de esta y otras eliminatorias, se había ganado el calificativo de “la voz de la selección peruana”. A pesar de ese reconocimiento, Peredo fue mucho más que un locutor, un periodista con una larga trayectoria en la prensa escrita, autor de innumerables artículos de opinión, entrevistas y especialmente crónicas de todo tipo. Sin duda, esas crónicas le dieron el oficio narrativo para convertirse en el mejor locutor del medio (a pesar de no tener buena voz). Una amplia selección de esos textos periodísticos ha sido reunida en el recién publicado libro Peredo total (Debate, 2018).

Daniel Peredo Menchola nació en Lima, el 17 de junio de 1969, y su padre era árbitro de fútbol. Por eso desde niño vivió inmerso en el mundo futbolístico, como cuenta él mismo en la introducción del libro, “En mi cabeza hay un gol”: “La página deportiva de La Prensa fue mi primer amor: la quería, la cuidaba, la guardaba en un lugar especial. Esa era mi vida futbolística de la infancia feliz y creo que, en el fondo, ya soñaba con ser periodista deportivo”. En 1990 comenzó su labor periodística, como practicante en el suplemento deportivo del diario Ojo. Después pasaría a la revista Once (1997-2000) y en el 2009 a El Comercio. La producción de esos casi treinta años de trabajo ha sido clasificada aquí en cuatro secciones, todas ellas tituladas con algunas de las frases más conocidas de Peredo: “Un gol más va a haber” (crónicas, 1993-1997), “Con los huevos de Vargas” (entrevistas, 1993-2000), “Los palos son así” (opiniones, 2009-2015) y “Consejos de pata” (crónicas, 2009-2013). A ellas se suma un bonus track, con la última entrevista que concedió Peredo, testimonios de algunos de sus colegas y una decena de fotografías.

Por supuesto, son las crónicas los textos más interesantes de este libro. En ellas Peredo cuenta sucesos y describe personajes y ambientes; pero lo hace apelando a una retórica que le permite transmitir emociones al lector. Una retórica sumamente personal, en la que se conjugaban la simpleza y los más tradicionales recursos literarios con la chispa y la picardía criolla. Así nos cuenta el partido con el que Colombia nos eliminó del Mundial de Estados Unidos (1994): “Perú no perdió con el final del partido. Fue mucho antes. Y lo sentíamos, lo sabíamos. Si hasta el sol que salió primero no quiso ver el partido. También había perdido la esperanza”. Y sobre el desempeño del Chorri Palacios, en otro partido, nos dice: “Tuvo poco el balón en los pies, pero cada vez que le llegaba, la esperanza se hacía redonda, rodaba pegadita a sus botines”. Y todo ese arte logró llevarlo a los micrófonos, como narrador futbolístico. Así lo reconoció el mismísimo “Veco”, Emilio Lafferranderie: “Me gusta cómo narra. El partido puede ser un bodrio, pero él te lo mejora”.

Estos textos también nos permiten conocer otras dimensiones del periodista. Por ejemplo, sus acertadas “opiniones”, mucho más racionales y bien fundamentadas que las de la mayoría de los comentaristas deportivos. Y también su “buen ojo”, su intuición para reconocer el talento de los jugadores más jóvenes. Al respecto, hay que destacar las líneas que en este libro se dedican a los actuales seleccionados peruanos, a propósito de sus primeros partidos: Yotún, Ramos, Rodríguez y otros. Por todo ello, Peredo total es un buen motivo para recordar el conocimiento y la pasión por el fútbol que hicieron de Daniel Peredo uno de los periodistas deportivos más queridos de nuestro medio.

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