Hombre buenos

Pérez-Reverte de capa y espada


Periodista con más de veinte años (1973-1994) de experiencia como corresponsal de guerra, Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) inició en los años noventa una exitosa carrera como escritor, centrada en las novelas históricas y de aventuras —como El Capitán Alatriste (1996) y Cabo Trafalgar (2004)—, que lo ha convertido en uno de los mayores autores de best sellers y también en Miembro de Número de la Real Academia de la Lengua. Luego de su reciente incursión en el thriller contemporáneo con El francotirador paciente (2013), Pérez-Reverte vuelve a lo suyo, la novela histórica, con Hombres buenos (Alfaguara, 2015), un relato ambientado en España y Francia de fines del siglo XVIII.

La historia que se cuenta es absolutamente real. En 1780, la española Real Academia de la Lengua decidió incorporar a su biblioteca la edición original y completa de la Encyclopédie, ou dictionnaire, publicada por tomos entre 1751 y 1772, a pesar de que estos libros habían sido incluidos en el Índex de la Iglesia Católica. Para ello, se envió a dos académicos a Francia, Hermógenes Molina y Pedro Zárate, encargados de hacer la compra. Pérez-Reverte sigue paso a paso (a través de documentos de época) el viaje de ida y vuelta, de Madrid a París de esta pareja, añadiéndole una serie de hechos ficcionales, como la persecución (llena de peripecias cinematográficas) de la pareja que realiza Pascual Raposo, un delincuente español que tiene el encargo de impedir que esos libros lleguen a Madrid.

A tono con las modas “metaliterarias”, Pérez-Reverte incluye en la novela, como preámbulo de la mayoría de los capítulos, los pormenores del propio proceso de escritura de la novela. Así, por ejemplo, recrea sus conversaciones con historiadores y especialistas acerca de los personajes reales que van apareciendo en la ficción, académicos e intelectuales de la época, entre los que destacan el enciclopedista Jean le Rond D'Alembert y Benjamin Franklin. Y también cómo va recopilando información sobre las ciudades de la entonces, descripciones de los caminos por los que transitaron sus personajes, y hasta sus propias dudas y vacilaciones al describir esos ambientes y paisajes. Todas esas reflexiones se suman a los diálogos de personajes, en su mayor parte hombres de letras (“hombres buenos”, como reza el título de la novela), que le dan al relato un cierto aire intelectual.

Pero el autor no pierde nunca de vista que su novela es básicamente un libro de aventuras, “de capa y espada”, y por ello abundan las complicadas intrigas propias de este género, así como los episodios de acción trepidante: desde caravanas asaltadas en caminos inhóspitos hasta peleas y duelos a muerte al amanecer. Es un viejo género narrativo, que siempre ha contado con grandes cantidades de lectores y que ha generado obras clásicas como Los tres mosqueteros (1844), de Alejandro Dumas. Pérez- Reverte es sin lugar a dudas uno de los mejores cultores actuales de esta narrativa, que está renovando con libros como Hombres buenos, que le dan a la novela “de capa y espada” un mayor valor histórico y literario, sin perder en absoluto su gran interés para todo tipo de lectores.

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