Alabardas

La novela póstuma de Saramago


El portugués José Saramago (1922-2010) fue uno de los escritores más admirados de su tiempo. Dedicado desde joven al periodismo, comenzó a publicar lo más importante de su obra pasados los cincuenta años de edad –las novelas Manual de pintura y caligrafía (1977) y Levantado del suelo (1980)–, y desde entonces no paró de escribir obras narrativas originales y de muy alta calidad, que le valieron el Premio Nobel de Literatura 1988. Incluso los últimos años de su vida, ya con una penosa enfermedad, fueron para él bastante productivos, pues publicó las novelas El viaje del elefante (2008) y Caín (2009), y dejó inconclusa una más, en la que estuvo trabajando hasta su último momento, la que acaba de ser publicada póstumamente con el título de Alabardas (Alfaguara, 2014).

En esta nueva novela, Saramago quería contar la historia de Artur Paz Semedo, trabajador de una importante fábrica de armas, y un fanático de las piezas de artillería, aunque nunca haya disparado un arma. A partir de una película sobre la Guerra Civil Española, Artur decide investigar en los documentos del archivo de la empresa acerca de la participación de esa fábrica en esa guerra y en otras de la década de 1930 (la de Bolivia y Paraguay, por ejemplo). La contraparte de Artur es su ex esposa Felicia, una mujer sumamente inteligente y pacifista, que abandonó el matrimonio precisamente por las tremendas diferencias de la pareja en lo que respecta a temas bélicos.

Como siempre en las novelas de Saramago, más importante que los personajes o la trama son las cuestionadoras ideas que se plantean. En este caso, es el conflicto moral que se le presenta a Artur, entre el cumplimiento de sus deberes como trabajador de esa fábrica y los terribles daños ocasionados por las armas, su comercialización y utilización política. Un conflicto que tiene un par de antecedentes históricos notables y que Saramago incluye en esta ficción: la historia de unos trabajadores de una fábrica de armas que fueron fusilados por sabotear la producción; y la de un obús que no explotó durante la Guerra Civil Española, y en cuyo interior se encontró un mensaje en idioma portugués que decía “Esta bomba no reventará”.

Como el relato está inconcluso (al parecer solo se desarrolla una cuarta parte de la novela) los editores han incluido en esta edición de Alabardas una serie de textos complementarios: las notas del propio Saramago acerca del desarrollo de la novela (aparentemente notas de un diario personal, que abarcan seis meses, y con la explicación de algunas de las elecciones del autor, como la del título); el poético artículo “Yo también conocía a Artur Paz Semedo”, del escritor italiano Roberto Saviano; un interesante ensayo del español Fernando Gómez Aguilera sobre esta novela y la narrativa de Saramago en general; y las ilustraciones hechas específicamente para este relato por el alemán Günter Grass, Premio Nobel de Literatura 2009. En suma, un libro que apreciarán especialmente los admiradores y seguidores de la obra de José Saramago.

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