El primer asombro



Denise Vega Farfán (Trujillo, 1986) hizo notar su talento literario con su primer poemario, Una morada tras los reinos (2008), que le valió el premio Poesía Joven del Perú (organizado por el Centro Cultural de España) y ser la autora más joven del centenar reunidas por el crítico Ricardo González Vigil en su libro Poetas peruanas de antología (2009). Tras seis años de silencio, Vega acaba de publicar El primer asombro (Estación La Cultura, 2014), un conjunto de poemas que no solo confirma ese talento sino que marca una muy positiva evolución de su obra.

Básicamente hay dos tipos de poemas en este libro. El primero corresponde a las reflexiones sobre el proceso de la propia escritura y la finalidad de la poesía. Son los mejores textos del libro, especialmente aquellos en los que se resalta el trabajo solitario y de pulimiento de los textos, a través de las comparaciones con una costurera (“Máquina de coser”) o un carpintero: “Persigo el camino del punzón sobre la piel de añosos árboles, / la figura que, al final, asciende a la superficie / revelando su amordazado grito…” (“Manos”). En esta línea también destacan “Poema”, “Enclave”, “Justificación del poema”, entre otros.

El otro tipo de poemas parte de la experiencia estética, del disfrute de la literatura, las artes plásticas y la música: “Vincent”, “Poema de Lidia para Ricardo Reis”, “En un cuadro de Hopper”, etc. Son textos “culturosos” (homenajes a destacados obras y autores), un género “menor” literariamente hablando (es fácil caer en el elogio exagerado), pero que Vega trabaja con bastante rigor y oficio. En suma, El primer asombro es un buen poemario, de los mejores publicados este año en nuestro país.


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