Confesiones de un descreído


La poesía peruana necesita cada cierto tiempo de visiones panorámicas que orienten al lector ante la abundancia, diversidad y dispersión de la producción más reciente. Y esa es precisamente la intención del libro Confesiones de un descreído. Muestra de poesía peruana actual (Eclosión, 2013) en el que el poeta y docente Manuel Luque (Lima, 1974) antologa a los que, en su criterio, son los 22 poetas más destacados “en actividad”, y además les hace responder un cuestionario acerca de sus influencia, preferencias literarias y su forma de encarar el trabajo poético.

Lo peculiar de estas antologías es que, a pesar de pretenderse “generales”, suelen estar enfocadas en áreas específicas de la producción poética. En el caso de Luque, su interés está centrado en las generaciones del noventa y “post 2000”, más precisamente en aquellos poetas nacidos en provincias o radicados en los sectores más populosos de Lima. Y funda esta línea poética en autores como Enrique Verástegui, Domingo de Ramos y Róger Santiváñez, incluidos en este libro. A ellos les siguen los noventeros, representados únicamente por los grupos Neón y Noble Katerba.

Entre los poetas “del siglo XXI” aquí figuran Martín Zúñiga (Cusco, 1983), César Boyd (Lambayeque, 1981), Karina Bocanegra (Trujillo, 1986), César Pineda (Lima, 1980) Elmer Arana (Ayacucho, 1981), Albert Estrella (Cerro de Pasco, 1985) y Paolo Astorga (Lima, 1987). No se incluye a ninguno de los que la crítica ha consagrado “oficialmente” como las voces más características de esta generación. Por ello, Confesiones de un descreído es casi en un manifiesto de “la otra” poesía peruana del presente siglo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es interesante que Luque le haya dado voz a los poetas que no son oídos por la cultura oficial, a la voces marginales de las últimas dos generaciones.
Si bien Noble Katerva y sobre todo Neón carecen de poetas de gran valía, salvo por Carlos Oliva y alguno más, y los poetas del 2000 no han cuajado más allá de excepciones como Víctor Ruiz y Alessandra Tenorio, es interesante leer textos de poetas periféricos que si bien no tienen la calidad de otros poetas excluidos de la selección, tienen muchas ganas de ser escuchados y reconocidos; desde el arenal o el cerro sus voces también valen.

Saludos.

José Pablo

Anónimo dijo...

El comentario de arriba suena un tanto despectivo. Eso de "desde el arenal o el cerro sus voces también valen", no importa la procedencia de quien escribe, sino lo que escribe. Ahora bien, lo único que se puede hacer es la creación, cuidar ese aspecto fundamental, lo demás son cojudeces, como por ejemplo, estar allí, allí, allí, queriendo ser la vedette del medio. (P.M.)

Anónimo dijo...

La Poesía es póstuma, y nada podrá cambiar ese hecho. Por más que salgan en la tele o en el diario, como perros de la Poesía y putas de la Belleza.
Algunos nombres allí citados no permanecerán. Los que estuvieron primeros, serán los últimos, y los que estuvieron últimos, serán los primeros.