Mientras huya el cuerpo



Hace unos 25 años se comenzó a debatir acerca de la condición posmoderna y sus manifestaciones en la literatura y las artes en general. Lo que parecía una moda pasajera se ha convertido en la tendencia dominante de nuestra época, transformando radicalmente incluso géneros tan rígidos como el relato policial. Eso lo podemos comprobar con Mientras huya el cuerpo (estruendomudo, 2012), quinta entrega narrativa del escritor Ricardo Sumalavia (Lima, 1968), que en su misma carátula se define como “novela neo policial peruana”.

Apolo, un ex policía limeño, es contratado para que descubra la verdad detrás de un crimen pasional. A poco de iniciar su trabajo, se enfrenta a un grupo de policías corruptos involucrados, por lo que termina atado, desnudo y encerrado en una casa abandonada. A partir de esta encrucijada, Sumalavia inicia una amplia reflexión acerca de los personajes de su ficción, su propio pasado personal y familiar, y hasta los referentes reales en los que se basa su relato. Así, la narración abarca sucesos ocurridos en París en 1904, en Iquitos a mediados del siglo XX y los saqueos en Lima en 1975, entre otros.

Solo eventualmente se vuelve a la historia de Apolo, y la mayoría de las veces para que el autor haga algún comentario de carácter metaliterario, un rasgo netamente posmoderno. Al final no se llega a conocer el desenlace, y más bien algunas de las historias secundarias (la de Tina, p. e.) nos recuerdan la calidad de los cuentos cortos de Sumalavia. En suma, Mientras huya el cuerpo es una novela que apreciarán más los escritores y expertos en literatura que los seguidores del género policial.


Enlaces relacionados
Otros textos sobre la novela: Giovanni Anticona.
Ricardo Sumalavia tiene un blog dedicado íntegramente a Mientras huya el cuerpo.
Reseñas de otros libros de Ricardo Sumalavia: Enciclopedia mínima (cuentos, 2004), Colección minúscula (antología, 2007), Que la tierra te sea leve (novela, 2008).

1 comentario:

LuchinG dijo...

Empiezo a sospechar que lo policial en las novelas se ha convertido en algo así como las escenas de sexo en las teleseries.