Posar desnuda en La Habana

A la cubana Wendy Guerra (La Habana, 1970) le ha ocurrido lo que a muchos escritores: asimilar los recursos literarios de su autor favorito, en este caso la franco-cubana Anaïs Nin (1903-1977), y repetir de alguna manera su trayectoria vital. Pero Guerra ha ido mucho más allá, pues acaba de publicar la novela Posar desnuda en La Habana (Alfaguara, 2011), un diario apócrifo de Anaïs Nin que abarca los dos años que ella pasó en Cuba (1922-1923) y en los que al parecer se produjo su despertar sexual.

Aunque parte de una minuciosa investigación (de la que se da cuenta en las páginas finales del libro), Guerra trata más bien de acercarse a los sentimientos y emociones de Nin, para presentarlos a través de extensas y brillantes “reflexiones”, cargadas de sensualidad y elementos poéticos. Sin caer en la imitación, estas reflexiones resultan bastante afines con las de los famosos diarios de Nin. Un verdadero logro, por la importancia y trascendencia de las experiencias que aquí se narran: desde la pérdida de la virginidad hasta el descubrimiento de la pasión incestuosa que marcó la vida de la protagonista.

Acaso en la primera mitad del libro, lo reflexivo y lo artificioso de la prosa le resten interés a la narración propiamente dicha. Pero después de eso –a partir de la aparición los personajes Julián y Flor– Wendy Guerra logra que Posar desnuda en La Habana trascienda los referentes históricos para convertirse en una arriesgada y honesta exploración en la subjetividad femenina; además de una abierta crítica a ciertas convenciones sociales que todavía limitan (aunque menos que en 1922) la libertad de las mujeres.


Enlaces relacionados
Se pueden leer las primeras páginas de la novela en Alfaguara.
Otros textos sobre el libro: Joaquín MarcoPablo BujalanceDaniel Vega, Estandarte, Gabriel Zanetti, Jaime Cabrera y el dossier reunido por Alfaguara.


1 comentario:

Azalea Real dijo...

Tiene buena pinta. No he leído muchas novelas de escritores de este país, si acaso Zoe Valdés y ahora, en breve, algo de Daína Chaviano.
Buen blog, me pasaré de vez en cuando. Te invito a que tú también te pases por el mío.