El anticuario

Destacado crítico y profesor universitario, Gustavo Faverón (Lima, 1965) ha debutado en la creación literaria con la novela El anticuario (Peisa, 2010) un extenso relato policial, en la línea más “cerebral” del género (la de Poe y Borges). Daniel, un coleccionista de libros viejos, confiesa haber asesinado a su esposa, por lo que es encerrado en un manicomio. Pero ese es solo el primero de una extraña serie de crímenes que el protagonista de la novela deberá resolver.

El relato se desarrolla en dos direcciones opuestas: adquiere cada vez más elementos de “fantasía gótica y cuento de terror” (como ha afirmado el propio Faverón) y se va enraizando en la problemática de la violencia política del Perú de las décadas pasadas. La intención del autor es que estas dos líneas complementen lo subjetivo con lo objetivo, la fantasía con el realismo, dando al relato múltiples niveles de lectura, desde el testimonio real hasta lo alegórico y lo metaliterario.

Esa ambición de abarcar la mayor cantidad de elementos se puede encontrar también en la diversidad de los registros del lenguaje (descripciones poéticas, diálogos dramáticos, textos en clave, etc.). Pero a pesar de las virtudes y recursos literarios puestos en juego, no todos esos elementos llegan a integrarse plenamente a la ficción, con lo que El anticuario, sin dejar de ser una buena novela, pierde algo de unidad y coherencia.


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El siguiente es un video de Relit sobre la presentación de El anticuario.


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Es complejísima y sin embargo es fluida, gracias sobre todo a su sintaxis. No sé qué opina usted, Sr. Agreda, pero a mí me parece que su estilo (por la amplitud de su léxico y por el virtuosimo de sus conjunciones y subordinaciones) vuelve a esta novela especialísima en el contexto de nuestra prosa. Quizá usted pueda hablarme de otro autor peruano con una escritura parecida.

Anónimo dijo...

a mí no me pareció compleja ni fluida, sino más bien ambiciosa y retorcida, y ese es un gran mérito en un país donde escritores como Cueto escriben de manera lineal y sin alma. Un gran esfuerzo que debería continuar el señor Faverón, todavía es joven.

Miguel Jiménez dijo...

es cierto, muchos escritores "exitosos" en el Perú, como Cueto, Thays y otros, escriben novelas lineales, "premiables", y solo las publican cuando no los premian.

En cambio es elogiable la valentía de Faverón de publicar de frente una novela dura y enrevesada, que no le da respiro al lector y lo deja medio muerto.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdocon los comentarios.HAy una novela de un escritor emergente y desconocido,Roberto Mansilla Nieto,que fue presentado en la ultima feria internacionalde libros de Lima,y que coincidentemente usa estos recuersos literarios,que se aparta bastante de las clasicas novelas lineales, y entremescla historias y tiempo de manera interesante. Ojala que alguien las resene.

Anónimo dijo...

no sé qué entienden por lineal, pero el anticuario sí me pareció bastante lineal (cosa que no es necesariamente mala, ojo). por otro lado, al margen del lenguaje “enrevesado“ (así es como lo llaman acá), no deja de ser un thriller clásico (como abril rojo de roncagliolo, por poner un ejemplo, aunque la comparación pueda no gustarle a faverón)

Anónimo dijo...

Acabo de terminarla y no veo por qué oponer ambición con complejidad. Es, en efecto, compleja y ambiciosa. También es retorcida. Ahora bien, su estilo parece darle la licencia de colocar mucha información junta, la misma que podría estar mucho mejor distribuida, no lo sé, me da la impresión de que las escenas que sostienen los múltiples desdoblamientos espacio-temporales son demasiado básicas como puntos de partida. De cualquier manera, se trata de una novela estupenda, inteligente y muy nueva para nuestro medio.

Anónimo dijo...

Intelectual y visceral a un tiempo. Gran logro.

veronica dijo...

es que todos loscomentarios se guardan antes de que el blogger los acepte, dependiendo de lo que le gusta o lo que le benefiacia?, que clase de libertad de opinión es esta???????

Javier Ágreda dijo...

Sí, los comentarios se guardan y solo se publican si son aprobados por el administrador del blog. Así funcionan todos los medios, impresos o virtuales.

Anónimo dijo...

Así es cuando un crítico escribe buenas ficciones. Si bien no es necesario estudiar literatura para escribir literatura, tampoco creo que estudiar literatura sea algo que no aporte a la escritura. La amplitud de los referentes y los juegos intertextuales le dan una densidad interesante a lo que se escribe. Bien por Faveron, que muchos esperaban ver caer.

Anónimo dijo...

Sr. Agreda:

¿Sabe cómo se está vendiendo la novela? Lo pregunto porque no es una escritura muy comercial.

Además, ¿usted actualiza los enlaces de otras reseñas sobre la novela? Lo pregunto porque me extraña que no se haya escrito más sobre la novela de faverón.

Anónimo dijo...

Lo de Faveron es un libro bien hecho, pero en el sentido que puede tener un algoritmo o una receta de cocina. Si fuera un tallerista, seguro le ponían la más alta nota. Y me temo que la literatura, la verdadera literatura, tiene una dimensión más misteriosa, más inasible si se quiere. Para mí es un texto muy bien trabajado y cumplidor, pero que no me ha movido un pelo y que olvidé apenas terminé la última página. Se nota que no ha sido necesario para su autor y por lo mismo no lo es para sus lectores.

LuchinG dijo...

¿Encontraste los paralelos entre la trama y la violencia en el Perù? Quiero decir, a parte de las historias directamente relacionadas con los personaje secundarios, yo no vi la relación con lo que le sucede al anticuario, su hermana, la novia, los socios, etc.