Cartas de amor para una alumna



Dora Varona. Cartas de amor para una alumna (Universidad Ricardo Palma, 2010)

Los epistolarios de escritores no son libros muy frecuentes en nuestro medio, pero los pocos que se publican suelen generar polémicas, como en el caso de las compilaciones de cartas de Arguedas. Podría suceder lo mismo con Cartas de amor para una alumna (URP, 2010), libro en el que Dora Varona (1930) ha reunido la correspondencia que sostuvo con su novio, el escritor peruano Ciro Alegría (1909-1967), a lo largo de un par de meses, a finales de 1956.

En ese entonces, Alegría ya había publicado la parte más importante de su obra –sus novelas La serpiente de oro (1935), Los perros hambrientos (1939) y El mundo es ancho y ajeno (1947)–, pasado por dos matrimonios y concluido una larga serie de temporadas en prisión y el exilio, a consecuencia de su militancia aprista. A los 47 años de edad quería asentarse y conseguir una esposa-secretaria que lo ayude a continuar su interrumpida obra. La elegida fue Dora Varona, Máster en Literatura por la Universidad Complutense de Madrid, una poeta 20 años menor que él.

Por supuesto, lo más interesante de estas cartas son los detalles de la vida íntima del escritor. Al parecer mantenía paralelamente un compromiso con otra mujer (Nilda) y reconoce que había otras cuatro “que dicen quererme” y que ante el matrimonio con Dora “… se molestarán naturalmente. Hasta qué extremos podrían llegar, lo ignoro” (p.57). A estos líos de faldas se suman en Cartas de amor para una alumna severos calificativos contra aquellos escritores y políticos que Alegría consideraba sus enemigos.