Casa de zurdos

Tenorio
Alessandra Tenorio. Casa de zurdos (Lustra, 2009)

Alessandra Tenorio (Lima, 1982) es una de las principales impulsoras de publicaciones y actividades literarias de la llamada generación “post-2000”. Ha participado en innumerables revistas y proyectos (reales, virtuales y hasta radiales), y dirigió la colección “Dípticos”, serie de plaquetas que –a semejanza de la legendaria colección “La rama florida” de Javier Sologuren– intentó dar a conocer a toda una nueva promoción de escritores peruanos, tanto poetas como narradores. Pero tan destacable como esa labor es su propia obra poética, que acaba de reunir en el libro Casa de zurdos (Lustra, 2009).

El primer poemario de Tenorio fue Porta / Retrato (2005), un conjunto incluido en la primera sección de este nuevo libro. Se trata de textos en los que, ante la soledad e inestabilidad afectiva del presente, el yo poético vuelve la mirada al mundo de la infancia, al calor de hogar y el afecto de los parientes más cercanos (padres, hermanos abuelos). Por eso en estos “Retratos” priman el recuerdo y la nostalgia; así como la ternura, la inocencia y la simpleza de la vida cotidiana. “Mi madre deshoja la lechuga / inocente al paso de los días. / Mi papá lee el periódico / buscando buenas nuevas...”.

Otros temas presentes en esos poemas iniciales son el lenguaje (como vínculo entre el presente y el pasado) y la muerte como destino final de todo lo humano. Ambos se desarrollan mejor en los textos de la segunda mitad del libro –titulada “Casa de zurdos”– que reúne lo más reciente de la producción de Tenorio. En la sección “En el país del norte”, la muerte se convierte en el tema central: “La muerte es un avión / golpeando la estructura de una casa / Y en cualquier momento te encuentra”. En la sección “Del lado de acá”, lo es más bien el lenguaje, las “palabras torpes” con las que los poemas pretenden “tentar a la memoria”.

¿Y el amor?, se preguntarán los lectores de la poesía de Tenorio. A pesar de ser una palabra que aparece en casi todos los poemas, desde el primero hasta el último, el amor (adulto, de pareja) se presenta siempre como algo imaginado y muy deseado, aunque aparentemente imposible. “El amor es llenar un balde repleto de huecos...” dice la poeta en la última página del libro, a manera de conclusión sobre el tema. El hijo no nacido (“Retrato. Milena”) y el amante inexistente (“El boceto de mi amor”) son fantasías, casi mitos personales de una joven que anhela fundar su propia familia para reencontrarse con la felicidad que conoció en su infancia.
(Artículo publicado en La República)


Enlaces relacionados:
Se puede leer poemas de este libro en: Agenda de poesía, El Hablador y en la página web de la autora.
Sobre Casa de zurdos: Piedra sangre, Gabriel Rimachi.
Entrevistas: Carlos Sotomayor, Giancarlo Stagnaro.
Incluimos el video de la entrevista de Presencia Cultural.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué rara reseña. Ni un solo juicio valorativo. ¿Qué pasó, Agreda?

Javier Ágreda dijo...

La mayoría de la gente dice que no lee poesía porque no la entiende. Por eso, cuando reseño libros de poesía trato de explicar un poco de qué tratan y cómo se articulan los temas de los diversos poemas. En el caso de este libro eso resultaba difícil, pues es casi la reunión de toda la poesía que ha escrito Tenorio hasta ahora. Finalmente, la explicación ocupó todo el espacio de la columna. Sobre la valoración, tal vez sea suficiente con una pequeña confesión: elegí el libro de Tenorio después de leer otros tres libros, también de poetas jóvenes. Sin llegar a ser deslumbrantes, los versos y los poemas del libro mantienen un buen nivel literario y un interesante equilibrio entre lo que dicen y lo que omiten.

Anónimo dijo...

Estimado Javier, el problema es que has reseñado un libro malísimo, el menos malo de los otros que te llegaron, por ello sorprende que tu reseña haya sido con guante blanco. Lo mismo te pasó con el de Denisse Vega.

Javier Ágreda dijo...

Estimado anónimo: Ninguno de los poemarios que mencionas pueden ser calificado de malísimo. Tal vez no te guste la poesía escrita por mujeres jóvenes (te puede parecer demasiado intimista, emotiva o ingenua), pero ambos libros están por encima del promedio de calidad dentro del rubro “poesía peruana actual” (joven o no joven). Además, decir que un libro es “malísimo” se justifica en muy pocos casos. Por ejemplo: cuando hay toda una campaña mediática (premios, publicidad, entrevistas en diarios y revistas) orquestada para demostrar que una novela (es el caso más frecuente) es una obra maestra, cuando en realidad está bastante lejos de serlo. Pienso en algunas novelas de Bryce o Bayly, o en esas novelas “premiadas” que nos suelen llegar de España. La poesía joven está en el otro extremo del espectro literario: un género con poquísimos lectores (casi todos también poetas jóvenes, como seguramente lo eres tú), se publica en editoriales pequeñas y sus autores nunca aparecen entrevistados a doble página en el Somos.

Cedrano dijo...

Me parece una buena reseña la de Ágreda y muy acertada, el libro es bastante bueno también.