Retablo

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Julián Pérez. Retablo (Editorial San Marcos, 2008)

En la línea de la mejor narrativa indigenista, especialmente la de Ciro Alegría, la novela Retablo (Editorial San Marcos, 2008), cuya reciente tercera edición motiva estas líneas, cuenta la historia de varias generaciones de pobladores de un pequeño pueblo del interior del país, centrándose en el viejo problema de la injusta distribución de la tierra. Esta ambiciosa novela –con la que su autor, el ayacuchano Julián Pérez (1954) obtuvo el Premio Federico Villarreal 2003– es considerada por la crítica una de las más importantes entre las escritas sobre el tema de la violencia política de las décadas pasadas.

El pueblo de Pumaranra, en la provincia de Víctor Fajardo (Ayacucho), es el eje de esta historia. Ahí radica la familia Medina, identificada con las luchas reinvindicativas de los más pobres: el arriero Gregorio, su hijo Néstor (líder comunal, asesinado por ese motivo) y sus nietos Grimaldo (militante de un movimiento subversivo) y Manuel, el principal narrador de la novela. También las mujeres de la familia tienen un importante rol, especialmente Escola, madre de Manuel, quien es una excelente narradora oral. Algunos de sus extensos relatos están incluidos aquí, sumándose a las numerosas historias secundarias presentes en el texto.

Este material (episodios violentos, páginas plenas de una sexualidad carnavalesca, pasajes de lírico intimismo, relatos tradicionales) que abarca más de 40 años y diversos escenarios (Ayacucho, Ica, Lima) está estructurado a la manera de las novelas de Faulkner, cambiando constantemente el "tiempo", los lugares y los narradores. Los 36 capítulos parecen, al principio, fragmentos yuxtapuestos casi aleatoriamente, lo que dificulta un tanto la lectura. Sin embargo, en el tercio final, todas las historias convergen en un suceso: la emboscada en la que mueren Grimaldo y todos los miembros de la célula subversiva de la que formaba parte.

Hay muchos aspectos que destacar en esta novela: su carácter testimonial, la correcta integración de la violencia política a la temática de la narrativa indigenista, lo logrado de los personajes (en algunos de los cuales encontramos tanto el heroismo más elevado como una cierta promiscuidad sexual) o lo arriesgado del lenguaje, pues el español "diglósico"de Manuel une (no siempre con eficacia) algunos elementos del quechua con otros de la jerga urbana y costeña. Retablo es una muy buena novela, como ya han afirmado el crítico Ricardo González Vigil, el escritor Miguel Gutiérrez, entre otros.
(Artículo publicado previamente en La República)


Otros textos sobre Retablo: Miguel Gutiérrez, Carmen Ollé.
Entrevistas: La Primera.

3 comentarios:

Karina Pacheco dijo...

En efecto, es una grata noticia que esta novela llegue a su tercera edición y por tanto a un mayor público. De las novelas sobre la violencia política de las últimas décadas, creo que "Retablo", junto con "Rosa Cuchillo" son de lo mejor que se ha escrito, poniendo además como protagonistas centrales y dinámicos a hombres y mujeres que en la historia de esa violencia se nos suele presentar como víctimas anónimas carentes de voz y sentidos. ¡Qué bien por Retablo! ¡Y estupendo tu blog!
Karina Pacheco Medrano

Anónimo dijo...

No estoy seguro si Rosa Cuchillo sea una muy buena novela. A mí me parece que cosifica al sujeto andino en la premodernidad; por los personajes de Colchado no ha pasado el siglo 20, salvo como esquema. Sus "cholitos" me parecen una buena coartada para el blanqueo ideológico de la hegemonía para el consumo de los abajeños.

Anónimo dijo...

Sin embargo la "Hora Azul" de Cueto tampoco queda de lado,