Justicia sin crueldad


Javier de Belaunde. Justicia sin crueldad. Cartas inéditas de F.J. de Luna Pizarro (Ediciones del Congreso, 2006)

El sacerdote y abogado Francisco Javier de Luna Pizarro (Arequipa, 1780-Lima, 1855) es un claro representante de nuestra élite criolla y sus actitudes durante el proceso de independencia y fundación de la república. Culto y cosmopolita, defendió la causa realista casi hasta el instante previo a la independencia. Sin embargo, poco después fue elegido presidente del primer Congreso Constituyente peruano (1822) y por decenios fue el líder de los influyentes liberales limeños. El reconocido político, jurista e historiador Javier de Belaunde Ruiz de Somocurcio (Arequipa, 1909) acaba de publicar Justicia sin crueldad. Cartas inéditas de F.J. de Luna Pizarro (Ediciones del Congreso, 2006), libro que reúne parte importante de la correspondencia escrita por FJLP entre 1813 y 1854.

Dirigidas a su cuñado Felipe de la Torre, oficial afincado en Arequipa, estas cartas permiten conocer tanto al político como al ser humano. En el primer aspecto, destaca el interés con que este sacerdote sigue la actualidad internacional, las noticias relacionadas con el comercio y hasta los ascensos militares, manifestando su lealtad a la corona y su repulsión por la “mala fiera” independentista que amenazaba a todo el continente. En octubre de 1814 se emociona con la derrota de Pumacahua, pero el sucederse de los hechos lo obliga a cambiar de lealtades.

En lo personal, FJLP se presenta como un personaje de comedia: débil, siempre solicitando favores y aquejado de infinidad de males (disentería, catarro, nervios) ocasionados por el viento, la humedad o el calor. A los 38 años dice que sus achaques ya lo han “persuadido a que no he de ser longevo”. Sin embargo, este enfermo “imaginario” viviría hasta los 75 años –más que Bolívar, San Martín y la mayoría de hombres de su tiempo– llegando a ser varias veces congresista y como tal responsable de las constituciones de 1823, 1824 y 1834. Fue el verdadero poder detrás de varios presidentes, temido y admirado por Bolívar y, a partir de 1845, vigésimo arzobispo de Lima.

La correspondencia entre FJLP y De la Torre se interrumpe en junio de 1821, justo cuando alcanza su máximo valor testimonial con una serie de cartas que muestran, desde la mirada de un partidario del rey, el asedio y caída de Lima: la dimisión del virrey Pezuela y su reemplazo por José de la Serna, el intento del general Canterac de crear un ejército “de 1500 negros esclavos de las haciendas de Chancay e Ica”, el cerco y aislamiento de la capital, el racionamiento de víveres. Todo es narrado con pesar, pero señalando la frivolidad de los limeños, que incluso “en la crisis más delicada en que puede verse un pueblo sobre la tierra... acuden gustosos a sus toritos en Acho”.

Javier de Belaunde pertenece a la mejor estirpe de políticos peruanos, como lo prueba su amistad con Haya de la Torre, Víctor Andrés Belaunde, Fernando Belaunde y Valentín Paniagua, con quien mantuvo un muy estrecho vínculo. A los 97 años de edad, retoma su antiguo interés por Luna Pizarro, originado precisamente en este conjunto de cartas en manos de su familia por varias generaciones y que en Justicia sin crueldad ha transcrito, editado y anotado, en colaboración con el historiador Roberto Niada. Además, De Belaunde es autor del jugoso ensayo preliminar, “FJLP, político y legislador”, que sigue paso a paso la vida de este importante y polémico personaje.

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